- Familias
- Fundacion de El Llano
- La Hacienda de El Llano
- Administradores
- Los Potreros de El Llano
- El Primer Templo de El Llano
- El Tranvia
- En la Casa de El llano ( 1911-1914 )
- La Tormenta y el Destierro
- Comunidad Agraria de El Llano, Michoacan
EL LLANO
El Llano está en el municipio de Zamora. Michoacán. y él se acuña apacible y confiado en uno de los valles más fértiles del mundo.
Antecedentes relacionados con los terrenos pertenecientes a Ia Hacienda de el Llano antes de su fundación.
Por el norte tenemos según datos proporcionados por hombres del Llano que todavía vivían en 1975, y están concordes en que en las paredes y la hacienda vieja, en excavaciones hechas recientemente por ejidatarios que en 1942 hicieron, y con motivo ele la repartición de las haciendas que las tierras de la hacienda vieja, eran pelillos dedicados al pastoreo y fueron abiertas por el ejido ya formalmente constituido. Actualmente en la hacienda vieja tienen su parcela. Jesús Solis Gómez, me refiero al año de 1942 y ahí se esclarece la existencia de un asentamiento humano, un pueblo muy pequeño por los pocos utensilios de barro y piedra ahí encontrados. Y en las paredes, en el potrero de las bermejas en una parcela de Jesús Luna se encontraron también otros asentamientos humanos de las mismas proporciones.
Ya aparece la maga misteriosa de la inmensidad con su manto escarchado de luceros … ahora es todo silencio … y el El Llano da gracias a Dios por un día más lleno de satisfacciones.
Se abre este libro lleno de deseos. de historias de hechos dormidos desde los albores de este siglo XX; sucesos que deben conocer y saber los interesados, aquellas gentes para quienes se escribió con el esfuerzo, fruto de muchas búsquedas, de muchas investigaciones valiosas de un paisano vuestro que gustoso anhelaba darlas a conocer.
Este servidor quedará eternamente agradecido de antemano a cambio del gusto y el calor con que den acogida a este libro escrito con la mejor de las intenciones. Todo lo hice con el mismo fervor con que Cicerón escribió aquellas palabras, ungidas de inspiración y respeto cuando se expresó así de su tierra natal: “Aquí está mi religión. aquí mi raza, aquí las huellas de mis padres: no sé que encanto hay aquí que penetra en mi corazón y en mis sentidos”.
Idénticos sentimientos me llevaron a escribir, paisanos, la breve historia de mi tierra que es la vuestra, ya que nadie lo babía hecho, salvo lo que escribió el señor Don Isaac Gallegos, pero exclusivamente referente al movimiento agrario en el Llano. No dudo que alguien tenga algún otro escrito, pero todavía que yo sepa no lo relata ni lo publica. Demos a conocer la flor y el canto de nuestros abuelos y su sabiduría ancestral como lo hacían las culturas Nahúas. Incumbe a ustedes corresponder al esfuerzo, y este servidor quedará satisfecho y profundamente agradecido.
Me emociona escribirlos ya que evoco como muchos de ustedes, recuerdos pasados y glorias ya idas: muchos oirán sus apellidos y los recibirán reverentes, ya que están íntimarnentc ligados a nuestras vidas familiares.
Todavía vivimos los hijos. y muchos nietos y biznietos de ellos.
Si se me escapan algunos, ruego me disculpen. mi intención es nombrarlos a todos porque no quiero omitir a nadie.
Cuando se pasa lista de presentes nuestras mentes de emoción. Así vibren las nuestras al oír los virtudes excelsas de nuestros abuelos. Y rindamos un cálido homenaje y pleitesía ahora y siempre!
Familias
Los de Chiquirinda y otros no menos para todos nosotros, ellos son señores míos en el orden que dictó Don Ramón Plancarte
Don Antonio Zapien
Don Julian Navarro
Don Jesús Medina
Don Manuel Torres
Don Sostenes González (papa de Don
Esteban)
Don Juan Bermúdez y Manuel
Don Nicasio López
Don Antonio Pantoja
Los señores Carlín
Los Rosales, Los Plancarte y los Ortega
Don Eligio Ayala
Don Fermín Ayala
Don Ventura Ayala (padre de los
actuales Ayala}
Don Rafael Aguayo
Don Francisco Aguilera
Don Tomás González
Don Antonio González
Silvestre González
Don Nieves González
Don Andrés Flores
Don Esiquio López
Don Anicacio López
Don Esteban López (hermanos)
Mi bisabuelo Antonio Solís. padre de mi abuelo Pedro Solís y otros hermanos de mi abuelo Pedro, como son el señor Don Lucas Solís, Don Jesús Solís y Don Ramón Solis, Antonio, Lucas, Jesús y Ramón, todos ellos nacieron en la hacienda de La Soledad y después se ubicaron en la ranchería de Chiquirinda.
Aún existe una piedra ancha, que me mostró Adolfo González que en paz descanse. a un lado del que fuera el antiguo jacal de la loma de Chiquirinda, donde me dijo Adolfo. que mi abuelo Pedro se sentaba todos los días por la mañana en dicha piedra antes de desayunar y trabajar para llenarse de energía solar. Esta versión me la confirmó mi primo Luis Avalos Solís de ochenta años de edad y que está radicado actualmente en Sacramento Estados Unidos. Aparte Luis me confirmó también que don Amogón Gomez. fue hermano de mi querida abuela Mariquita Gomez Torres de Solís y que, los padres de mi abuela fueron Don Antonio Gómez y Doña Soledad Torres y que estos bisabuelos Maternos procedían del Rincón del Mezquital, que está ubicado al norte del Tepehuaje y del rincón del Mezquital se vienen a la hacienda de La Soledad, tal vez ahí en La Soledad se conocieron mis abuelos paternos Pedro y Mariquita, conocidos y relacionados y de comun acuerdo se casan según las costumbres católicas y locales y de La Soledad, ya casados, se vienen a vivir a Chiquirinda.
Perdón por esta indiscreción, tan cara para mí, pero a ustedes paisanos, les sirve de ejemplo para que sepan como se pueden sacar o ascender a una relación familiar de tatarabuelos, abuelos e hijos. Sigamos pues con los demás hombres venidos al Llano:
Don Refugio Ochoa
Don Carlos Ochoa
Don Juan Ochoa
Don José María Ochoa
San Juanita Ochoa
Doña Salomé Ramos y Don José· María Ochoa, papás de mi abuelo José María Ochoa
Don Rafael Ochoa (hermanos de Don Carlos, Juan y José Maria, llegan también de la cuesta, al igual que los señores Zendejas)Don Rafael Salomón y Doña Lupita hija vinieron traídos por el patrón de la ranchería de la Quiroseña, municipio de Chavinda. Mich.
Don Carlos Ochoa
Don Refugio Ochoa
Don Lorenzo Ochoa
Don Nazario Serna
Don Francisco Serna
Los Medina
Los Ramos
Los Gutiérrez (todos ellos procedentes de La Cuesta municipio de Chavinda, vinieron también a poblar El Llano.
Estas fueron las familias. unas que se establecieron detrás de la vía del ferrocarril en las faldas del Jasseño y las otras de este lado del ferrocarril, esta versión la da Lupita Salomón
Y otras familias como mi abuelo Pedro Solís y familia: allá en el jacal de Chiquirinda, formaron las primeras familias establecidas en la naciente hacienda.
Ahora de esas cabezas de la familia eran pocos, los que tomaron parte también en las avanzadas, Poco pero esforzados, valerosos y de carácter probado. Mi bisabuelo Antonio Solis, .Junto con Don Eligio Ventura y Don Fermín Ayala, los Sapien y los Ortega, además de los Flores. todos estos hombres aguerridos participaron en gestas historicas antes de venirse al Llano por supuesto.
Otros que tambien participaron fueron Don Anacleto y Andres Rios padre de Refugio Rios, el iniciador del movimiento agrario ya en el ejido de El Llano.
Estas avanzadas consistían en que el gobierno en armas, llegaba a las las rancherias e invitaban a los valientes a combatir al enemigo de los intereses de la patria Bien. Esto senores nuestros tomaron en sus manos las armas como muestra; mi abuelo Pedro Solís conservaba un rifle ochavado trienta trienta Wínchester, versión revelada por don Ramon Plancarte y confirmada por Leon Gonzalez. Que guardaban estos acontecimicntos en su memoria.
Existe otro rancho al noroeste de El Llano, llamado Miraflores; poco se sabe de él, sólo se que de ahí proceden Jesús Ascencio. Serafin Trejo e Isabel Pérez; Miraflores pertenecía a El Llano, porque Chiquirinda pertenecía a Don Epifanio Jasso Valencia, padre de Merceditas, la esposa de Don Francisco Dávalos.
FUNDACION DEL LLANO
Los Dávalos fueron dueños de once haciendas:
LA HIGUERA
LA PLAZA
VALENCIANO
SAN SIMON
EL LIMON
COLONGO
EL RINCON DEL MEZQUITE
LA CUESTA
CAMUCUATO
LA SOLEDAD
MIRAFLORES
Se sabe que los dueños de todas estas haciendas fueron los que describe el padre Rafael Mora Avalos en el opúsculo de El Llano, número 19 que se escribió con motivo del 50 centenario del apostolado de la oración en El Llano. Así que los antiguos señores dueños de las diez haciendas, fueron ; dice el sacerdote: El excelentísimo señor Don Angel Morales y Jasso, antiguo dueño y señor de estas haciendas; el excelentísimo señor Sollano y el excelentísimo señor Don Pelagio Antonio Labastida y Dávalos, tíos de los queridos y venerados amos y señores paternales de San Simón y El Llano. Estos tíos del amo y sus hermanos Don Arcadio y Don Nicolás, reciben en herencia estas haciendas.”
De modo y manera, que don Arcadio Dávalos, era dueño de la Plaza.
Don Nicolás Dávalos, era dueño de Valenciano. la Higuera y el Limón.
Don Francisco, fue dueño de San Simón, Camucuato, Colongo e Ixtlán; solo que el Rincón del Mezquite y la Soledad las dieron de diezmo al clero de la diócesis de Zamora, probablemente los tres hermanos Dávalos.
Don Francisco Dávalos y Jasso, sostiene amistad con Don Epifanio Jasso Valencia y de esa relación, siendo joven y apuesto, nace en su interior el amor e inclinación por María Merceditas, hija de Don Epifanio, y se casan en el año de 1859.
De Don Francisco Dávalos y María Mercedes, ya casados nacen de este matrimonio seis hijos. y de estos seis sólo sobrevivieron a la muerte de Don Francisco acaecido en 1910, las que heredan Maria la hacienda del Llano y Antonia la de Camucuato; aparte de las haciendas, reciben en efectivo en plata y oro un monto de diecisiete millones cada una, depositados en el Banco de Londres y México, en la capital de la República. Esta información me la dio Mariquita Cerda, quien era de las confianzas de sus patrones Dávalos.
Don Francisco Dávalos tenía sus reales en la hacienda de San Simón y en ella estaba ubicado el noviciado de la Compañía de Jesús que se sostenía al amparo de los buenos patrones y que fue Don Francisco y su hermano Don Nicolás quienes habían traído a los Jesuitas a ese lugar.
Tal vez a la muerte de Don Epifanio Jasso Valencia, Doña María Mercedes hereda Chiquirinda, Jasseño, la Cuesta, el Platanal y la Quiroseña, y es cuando nace en la mente de Don Francisco la idea de fundar la hacienda de El Llano y con la creación y erección de la hacienda, nacemos nosotros con personalidad jurídica y determinada, gracias a nuestro fundador el buen patrón que fue Don Francisco Dávalos y Jasso.
Para llevar a cabo tan grande empresa, tal y como la concibió, decidió vender la hacienda de San Simón y trasladarse junto con el noviciado de la compañía al Llano.
Cordi .. .Jesu
Dulcissimo, hominum-que amantissimo quo die primum, eius memoriam celebrandam saeculum xx attulit eodem hoci templum sacris ineundis dicatum voluit franciscus, Dávalos et Jasso postridie idus iunias MCMI.
Traducción:
“El mismo día en que por vez primera el siglo veinte nos trajo la memorable celebración de la fiesta del corazón dulcísimo de Jesús, el que más ha amado a los hombres”
Don Francisco Dávalos y Jasso quiso que este templo se dedicara al mismo amante corazón de Jesús, iniciándose aquí el culto con sagrada misa, un día después de los idus de junio (día 14 de junio) del año de MCMI (mil novecientos uno).
La lápida marmórea, estaba del lado izquierdo, del lado derecho, o sea del lado de la epístola, se encuentra el escudo que lleva esta inscripción: “Gloria, amor y reparación”, guardia de honor 1901.
En este mismo lado, elegante inscripción latina que traduce al castellano el Rev. Sac. Rafael Dávalos Mora.
Auspicatissmo. labcnte, anno Post doctinitum
Deigenitricis, maria e Conceptom ab origine, immaculatum Castissirnae, matris arnantissmi hlii, sedales mariales
Hocmarmore Sui sensa amoris sculpi, curarunt Ad llano, vi idus dec. MCMIV
Las congregaciones marianas quisieron en esta placa de mármol, grabar indeleblemente los sentimientos de su amor a la madre castísima del más de los hijos, al transcurrir el dichosísimo aniversario de la definición del dogma de la concepción inmaculada, de su origen de la madre de Dios. En el Llano, el sexto día de los idus de diciembre del año MCMIV (R de diciembre de 1904)
Dice el P. Rafael Dávalos Mora: “Esta fue la luminosa estela que dejó la siempre benemérita compañía de Jesús a su paso por el Llano.”
De San Simón trajeron el cadáver intacto y completamente incorrupto de la virtuosa señora que en vida llevó el nombre de Guadalupe Garibay de Jasso y fue sepultada en el templo del Llano. Ella fue abuela materna de Don Francisco de Nicolás y Arcadio Dávalos y Jasso.
Allí mismo están los restos de Don Francisco y de su amadísima esposa María de las Mercedes Jasso de Dávalos y de sus hijas Maria del Refugio y Mercedes. Y nos exhorta el Rev. P.R.D.D.M a que conservemos siempre la fe sacrosanta que los hijos de Ignacio de Loyola cultivaron en aquellas sencillas y buenas almas: y que la memoria de los antiguos amos del Llano no se extinga para siempre en los descendientes de los que en otro tiempo fueron los fieles y adictos sirvientes de aquellos amos.
Los recuerdos del pasado sean antorchas luminosas que marquen y señalen los senderos del presente.
Cuando terminó de fincar el casco de la hacienda y el del noviciado y casa para las familias de los medieros y de los peones: caporales, vaqueros. herreros, carpinteros. la tienda de raya. la escuela para los hijos de los peones y la panadería, así como los graneros. caballerizas, etc.. Los Sanchez. de Sahuayo se interesaron por la hacienda de San Simón. hicieron trato y Don Nicolas se las vendió.
La Hacienda del Llano
La hacienda es fundada y declarada como tal al principio del siglo 1900, segun lápida marmórea conmemorativa en uno de los cruceros del templo. En esa placa está la dedicatoria al templo del Sagrado Corazón de Jesús los primeros días de junio de 1900 Ver la traducción que hace de esta placa al castellano el Padre Rafael Davalos Mora.
Don Francisco trajo de San Simón familias: Los Cerda. Los Gazcon, Los Torres, los Garcia, Los Sauceda y Los Ramirez,
De la Cuesta, fueron invitados a poblar El Llano, Los Ochoa, Los González, Los Ceja, Los Gutiérrez y Los Cerna, pero recordemos que los invitados de honor en primera fila fueron los dc Chiquirinda, de modo que en El Llano de entonces estaban radicadas alrededor de 300 familias, insuficientes para la labranza de la basta hacienda, pero con ellos se inició.
La gente del Llano, en 1910 al estallido de la revolución, dividía sus simpatías con Villistas y Zapatistas. Los carrancistas acamparon en el valle de Zamora al mando del General Joaquín Amaro, anticlerical y revoltoso y a pesar de los horrores y desmanes de los carrancistas, El Llano no dejó de trabajar en los potreros de la hacienda desde 1914 hasta 1936 en que se dio el decreto de expropiación de las haciendas. Era necesario que las tierres se trabajaran y se efectuaran cultivos y así en la hacienda del Llano, desde que estalló la revolución no se dejo de trabajar en la época convulsa y azarosa del país, desde 1910 hasta 1934 y era necesario, pues en la guerra también se come por que da hambre,
Administradores
Don Francisco Dávalos y Jasso, que según datos genealógicos del señor Manuel Jasso que proporcionó al padre Eliseo Ramírez, organizador del 50 centenario de la fundación de la iglesia y del apostolado de la oración en El Llano, Mich., en el año de 1951 y que a la letra dice, que Don Francisco nació en Zamora, Mich., en el año de 1837 y se casó de veintidós años en 1859 y murió en 1910 Y su cadáver fue inhumado en la capilla de la hacienda de su amado Llano. Ahí al lado de los suyos descansan sus restos mortales esperando la resurrección al fin de los tiempos y junto a él su esposa; su abuela materna y dos de sus hijas.
Doña María Mercedes esposa de Don Francisco, fue hija de Don Epifanio Jasso Valencia y de María Guadalupe Garibay, ella nació en Zamora, Mich., en 1834 y murió en 1907, tres años antes que el patrón.
Del matrimonio de Doña María Mercedes con Don Francisco, nacieron los siguientes hijos:
Diego José, María Guadalupe Florentina, que murió en la infancia, también Maria Cristina del Refugio, María Mercedes, María Guadalupe y María Antonia.
Desde 1900 hasta la muerte del patrón acaecida en 1910 al estallar la Revolución Mexicana, siendo dueño, la administró personalmente y fue la época de oro propiamente dicha de la hacienda; el primer rayador fue Don Jesús Gazcón y fue el encargado además de administrar la tienda de raya y la panadería de la hacienda.
Después de la muerte de Don Francisco, vino de administrador Don Rosendo Tamayo, que dirigió la hacienda de 1911 a 1914.
Le sucede en el mismo oficio Don Diego Dávalos, sobrino de Don Francisco y de Don Jorge. (En 1914 en este año se da la orden de cerrar el noviciado, siendo su rector el padre Miguel González, en esta época revoltosa el General Joaquín Amaro se adjudicó la hacienda y se la pasó al chivo Luis Gutiérrez y estuvo de administrador Don Luis Pulido, oriundo de Los Reyes, Mich., hasta 1915.
En 1916, la administró Don Margarito García por cuenta de Lola Méndez, que armándose de valor, tal vez impulsada o inspirada en las Adelitas y mujeres heroicas de la revolución les quitó la hacienda a esos carranzistas que eran intrusos sostenidos por Joaquín Amaro.
En la época de Lola Méndez, aparece en el escenario Doña Maria Mercedes Dávalos (la patrona María), que haciendo valer sus legítimos derechos, le arrebata la hacienda a Lola y nombró de administrador a Don Germán Rico, vecino de Chavinda, Mich.,
En el mismo año de 1916, la patrona disfrutaba la hacienda hasta 1934. Pero en 1917, entra de administrador Don Jorge Dávalos.
Para estas fechas, probablemente de 1920 a 1927 se casa la señora Maria con Don Ignacio Ovando y Don Jorge dura de administrador hasta la muerte del señor Ovando, que sucedió entre 1930 y 1931; pero no se retira del escenario de la hacienda hasta la expropiación de la misma.
De 1932 a 1934 la administra el señor Don Manuel Godinez, vecino de Ario de Santa Mónica.
En estos años decisivos y confusos para todas la haciendas, se hablaba mucho del surgimiento del agrarismo y ya se perfilaba la postulación como candidato a la Presidencia de la República, al ciudadano General de División Don Lázaro Cárdenas del Río, oriundo de Jiquilpan, Mich., decidido a llevar a feliz término el lema de Zapata “La tierra es y debe ser de quien la trabaja”, sí el voto popular lo apoyaba y lo colocaba constitucionalmente en la primera magistratura.
En 1934, la patrona María, todavía traspasó las tierras de la hacienda a tres hombres: Don Guillermo Vargas, don Guillermo del Río y Sr. Macedo y ellos fueron los últimos administradores de la hacienda hasta que murió doña María, quedó don Jorge Dávalos de administrador y se trabajó el ejido en sistema comunal hasta que se dio el decreto de la expropiación de las haciendas por el Presidente Lázaro Cárdenas del Río. Si hemos de ser rigurosos, sinceros con el rigor de la verdad histórica, los mejores años de la hacienda, fueron los años administrados por Don Francisco Dávalos desde 1900 en que nace la hacienda, hasta 1910 en que muere el patrón, época dorada de la importante hacienda codiciada hasta por generales de la revolución.
Los ejidos de la actualidad fueron antaño los potreros del Llano que eran bastos y extensos.
Los Potreros de El Llano
Las otras haciendas propiedades de los Dávalos y en especial las de Don Francisco. eran tributarias, ya que el asiento de sus poderes estaba en la hacienda de los Dávalos. (El Llano).
Triunfó Cárdenas, quien fue presidente de la República en el período de 1934 a 1940. Se repartieron las tierras decretando la expropiación de las haciendas, pero cosa curiosa. cambiando el lema de Zapata: “La tierra debe ser de quien la trabaja”, Cárdenas dijo. la tierra no es de quien la trabaja, sino que la tierra es propiedad del estado; que conserva su dominio y prácticamente al agrarista en este caso se le dio como en arrendamiento. Siendo así las cosas, otra vez el patrón antiguo, el hacendado queda sustituido por el patrón “Estado”.
El título tal como se emitió en el período de Manuel Avila Camacho y de Miguel Alemán. sólo daba derecho sucesorio a la familia, a los hijos siempre y cuando se trabajen las parcelas, no hubo escritura por eso no se vende la parcela, como se vende una casa propia y escriturada.
Cuando estuvieron de administradores don Guillermo Vargas, don Guillermo del Río, el señor Macedo y Jorge Dávalos, se dio un fenómeno muy notorio, raro, consistente en que se acolchonó todo el trigo de la hacienda, en cambio la tierra o potrero que sembraron los medieros (pues estos señores dieron a sembrar a medias el potrero denominado “Las Cajas”), y a ellos los medieros en cambio se les dio una cosecha estupenda de trigo y garbanzo. Sería presagio tal vez, del nuevo advenimiento de la redención del peón. del campesino, del antiguo aparcero, pues al año siguiente en 1935, se inicia el movimiento encabezado por Refugio Ríos y la maestra Carmen Zavala y a ese movimiento agrario se unieron también Jesús Solís, Ramón González, Ignacio González, Dionisio Campos, Antonio Cervantes, Antonio Solís, Luis Avales, Estanislao Zamora y otros más.
La maestra Carmen Zavala y su hija Elena, eran maestras rurales. Sé de buenas fuentes entre otras de la que fuera mi maestra de primaria doña Carmen, que en los años de 1933 a 1934 se inclinaba por que mi señor padre Jesús Solís, fuera parte activa del ejido o de la educación por las buenas y limpias relaciones que con él llevaba.
Sólo que mi papá, aclaró a la maestra, que él quería obtener de don Jorge Dávalos La Fragua de la hacienda para beneficio social del pueblo agrarista. En efecto, no se puede dejar abandonado al ejido, a la tierra madre y generosa y porque en El Llano todos nos dedicamos al cultivo de la tierra y en El Llano todos somos iguales, lo único que nos distinguiría sería la profesión. Pero en fin, todos necesitamos de todos, y no retroceder es lo importante.
Otra razón. que aducía mi padre era; “Necesitamos arados, refacciones, guadañas, pizcadores. tornillos y refacciones en general para cultivar la tierra ejidal y eso es razón mas que suficiente de la necesidad de la Fragua”.
Somera descripción de los cascos de la hacienda y de la casa de los novicios.
La casa de la hacienda constaba de una serie de recámaras para los patrones y para las visitas: el material del que estaba construida, era de adobe y ladrillo rojo, techo de teja y tapanco de madera.
Las recámaras. la sala de recepciones, el despacho del patrón, la cocina, el comedor y otros cuartos de servicio, para la servidumbre. El portal con columnas rectas rodeaban casi el hermoso jardín en el que había una fuente colonial frente al comedor. El jardín no era muy espacioso pero sí bien diseñado con plantas ornamentales y algunos árboles frutales.
Por el oriente. la entrada a la linea era por un portón de madera muy reforzado con aldaba, candado y tranca. sólo una ventanilla para ver quien tocaba, la abría el velador y si le permitían el acceso lo dejaba entrar. Una vez adentro se conducía por la orilla de un muro a otra entrada que era la finca o casa patronal, a través de otra puerta con cancel ya mejor decorado y artístico con vitrales de hermosos colores. De aquí se entraba directo a la sala de espera y después a la de recepción propiamente dicha.
Los ventanales que miraban hacia el hermosísimo jardín, eran muy amplios. Detrás de la finca al sur y a espaldas de la casa había un gran patio y amurallado, otro gran portón que daba acceso a las carretas y carros cargados de maíz en las épocas de la cosecha. En ese patio, bien empedrado se vaciaban las mazorcas y ya desgranadas las llevaban a los graneros.
También el trigo el garbanzo y el frijol, una vez cosechados se llevaban directamente a los cinco graneros de la finca.
Toda la linea estaba amurallada con una barda gruesa de adobe y con fortines en las esquinas muy necesarios, donde vigilaba la acordada o policía guardiana de la hacienda.
Por un pasillo amplio especial de la hacienda se comunicaba con el templo y con el noviciado.
En la parte norte casi frente a las recámaras de la hacienda, estaban las caballerizas.
El templo daba prácticamente fuera de los muros de la hacienda, pero íntimamente estaba comunicada con él.
También dentro de los muros de la finca, había locales de oficios de talabartería, donde se hacían sillas de montura. aperos, coyundas, barsones, collares de cuero para los troncos de mulas y machos, eso era la talabartería y los titulares José Mora y su padre (esposo de la tía Lolis),
Luego seguía el local de la carpintería, donde se construían arados de madera para troncos y yuntas de bueyes, balancines, yugos, carretas, carros y todo lo relacionado con la carpintería y todo ello por supuesto para la labranza de las tierras. Carpintero titular don Rafael Salomón.
Luego seguía el local donde se guardaban todas las herramientas de la fragua y enseguida donde los herreros, hombres que tienen por oficio modelar el fierro candente, pues ahí se hacían pizcadores, machetes, guadañas, clavos de pared y para la madera o para los portones: también se hacian tuercas, tomillos, se agujeraban las vertederas de los arados para ponerles los tomillos. Había todas las herramientas necesarias, como el yunque, taladro, juego de tarrajas y dados diferentes. Eso era la fragua, con mucha anticipación a los trabajos de la tierra, los herreros tenían o debían tener ajustados los arados y todos los instrumentos de labrantío para el barbecho y las siembras.
Don Jesús Rodríguez y Jesús Solís Gómez, eran los titulares.
La tienda de raya, que era donde se le vendía al pueblo los víveres, mantas, fajas, cuero y correas para los huaraches, sombreros se habilitaban capotes de palma, etc … y la tienda estaba al frente de un hombre de las confianzas del patrón, a don Jesús Gazcón que aparte se le encomendó la raya de los peones, la tienda, la panadería y él fue su titular.
En la tienda, se despachaba de todo lo que el peón demandaba, para alimento y vestido, calzado sombreros, fajas, así como sal, piloncillo, azúcar, ropa y todo lo demandado.
La panadería, también la había y en ella se elaboraba el pan para la hacienda, para el noviciado y para el pueblo. Francisco Ceja, era el panadero titular.
La escuela estaba en un principio junto al fortín norte en un local especial, después o tal vez antes como lo dice Lolita Salomón, estaba ubicada en lo que hoy es el local del comisariado ejidal, donde eran las juntas de la comunidad agraria y frente a la casa de doña Paula Zamora. Lo que a continuación escribo, me lo comentó y lo consulté con la nanita del Llano, por ser en la actualidad la decana, la ancianita que queda de testigo presencial y viviente de esa época dorada de la hacienda. La nanita Guadalupe Salomón, cuando la consulté en el año de 1989 y 1990 en casa del tío Eligio Ayala en El Llano.
Bien, Guadalupe Salomón Bermudez, nanita, dice haber nacido más o menos en el año de 1900, en la hacienda de la Quiroseña. Ser hija de don Rafael Salomón, el carpintero oficial de la hacienda. La Quiroseña es del municipio de Chavinda, Mich.
Pues bien, Lupita cuenta, que los maestros de primaria de la escuela de la hacienda, para los hijos de los peones fueron y me da la lista:
Refugio Gomez ( Don Refugio tuvo hijo que don llamó don Lorenzo), don Refugio fue hermano de Don Ascencion. Anselmo, Juan, Manuel y Daniel Gómez.
Don Pascual Carrillo
Don Melquiades Herrera
Doña María Garibay
De nuevo volvió a ser maestro don Pascual Carrillo
Ella Lupita, dice que estos fueron los maestros de nuestros mayores, anteriores a Emilia Cerda. Ellos fueron los mentores a partir de la fundación de la hacienda y de la bendición del primer templo, dedicado solemnemente por el patrón al sacratísimo y amantísimo Corazón de Jesús, patrón principal del pueblo. ¿Y porqué no decirlo?, también ya estaba en servicio el colegio de novicios de la compañía de Jesús.
Dice que las maestras de primaria en cuanto a educación se refiere, son las que siguen a continuación por el orden y memoria que ella recuerda con emoción y cariño:
Doña Luz Arroyo, la evoca nuevamente con afecto: Lucita la llama, tal vez fue su maestra.
Dolores Bocanegra
Doña Severita Gazcón (hermana del señor Jesús Gazcón) Doña Maria Zarate.
Lupita Salomón me cuenta, que estuvo en la escuela del Llano hasta 1909 y en el mismo año se fue a radicar a la ciudad de México y que los libros que estudiaban eran el famoso silabario.
Luego, refiere a los libros Mantilla l, II, lII, IV, V y VI, consistentes en historia sagrada. Después le pregunté que era Mantilla, y contestó que tal vez Mantilla era el autor, porque a continuación me nombró los libros de Freule de gramática castellana, aritmética y catecismo.
Las Mantillas I, II, III, IV, V, lógicamente correspondían la I, al primero de primaria. II a segundo y así sucesivamente.
Ella estudió las dos Mantillas, hasta que se fue a vivir a la capital.
Después siguió don Refugio Gómez, y aquí se pierde su memoria y no sabe si daba clases a jovencitas o a varones o a ambos sexos a la vez, Refugio Gómez es también hermano de Rafael Gómez y de Emiliano.
Posteriormente sigue en orden cronológico Emilia Cerda la grande, por ser la maestra de nuestros padres y de muchos hijos de nuestros padres.
Emilia Cerda, nacio en San Simon posiblemente a fines del siglo pasado y llegó con todos sus familiares. Sus padres: Gabriel Cerda y su madre doña María Torres, sus hermanas María y Soledad, (Soledad fue mi tía política porque estuvo casada con mi tío Pedro, hermano de mi padre), hermanos de Emilia. sólo uno, Daniel. Y con ellos vino Jesús Torres y su hermana María Luisa, familia muy apreciada por los patrones a quienes los ubicó en una casa que estaba frente al eucalipto grande de Don Isidro Nuñez y a un costado de la entrada de la hacienda y al igual que los Gazcón, fueron muy protegidos de la familia Dávalos y siempre vivieron dentro de los muros del casco de la hacienda. Después del despojo y destrucción de las fincas de la hacienda y del noviciado, la familia Cerda y Torres, se cambiaron a otra casa grande que estaba a espaldas de la carpintería, la herrería y talabartería, pero siempre dentro de los muros de la hacienda. La familia Cerda y los dos hermanos Torres, siempre vivieron juntos en la misma casa y se llevaban muy bien, pues eran parientes.
Jesús Torres y Daniel Cerda, fueron muy trabajadores en los oficios del campo, ya en el agrarismo fueron dotados de una parcela y así siguieron trabajando concientemente hasta su muerte.
Otro que gozó de las confianzas pero más bien de la patrona Maria, fue Francisco González, pues también lo benefició con la propiedad intramuros que está frente al zócalo. Otros como don Silvestre González y su hijo Adolfo siempre gozaron de la benevolencia de los patrones por su confianza y fidelidad a toda prueba. Otro más fue Francisco Ayala. quien sustituyó en la tienda de raya a los Gazcón.
Siguiendo en educación con la maestra Emilia Cerda, maestra de varias generaciones, tenía por práctica inculcar la letra con la regla y castigar de rodillas al alumno, infundiéndoles así todas las tablas de sumar, restar, multiplicar y dividir y las demás materias de los otros textos, como son: el método onomatopéyico de Torres Quintero, la historia sagrada de F.T.D., la doctrina cristiana que tenían que aprenderse de memoria en el catecismo del padre Rivalda de la compañía de Jesús; la historia de México y la geografia que fueron también sus especialidades.
Creo que iba más allá de lo que se prometía enseñar a los hijos de los peones de la hacienda, pero nuestros patrones jamás obstaculizaron el aprendizaje y es por eso que Emilia nuestra maestra por excelencia, no tenía límites y trató siempre de superarse para transmitir más conocimientos a sus educandos.
Cuando yo cursaba mis estudios superiores en el seminario; en mis vacaciones familiares, me gustaba platicar siempre con ella y se veía ese deseo vehemente de saber más. Conmigo siempre se quejaba y al igual que Sor Juana Inés de la Cruz, el no poder tener la oportunidad de haber aprendido gramática y otras ciencias: Sor Juana que siempre anheló entrar a la Universidad y Emilia no haber podido seguir adelante en otras ciencias para transmitir esos conocimientos a los niños; por eso, era tan ambiciosa como Sor Juana y tenía buenos métodos; todos los que pasamos por sus pupitres, aprendimos bien las primeras letras y los números y las tablas de sumar, restar, multiplicar y dividir.
Era incansable en el apostolado docente, a nivel primario y moralizador, debemos rendirle un justo y merecido homenaje a este noble, sencillo y grande exponente de las primeras letras de la docencia en El Llano.
Emilita no se caso,·porque quiso entregarse al apostolado de la educación del pueblo que amo entrañablemente. Asi la vemos entregarse apasionadamente a cultivar las mentes juveniles de su pueblo querido, no cedió ni siquiera cuando ya empezaba la docencia laica de la Secretaria de Educación pública en 1933 y siendo de edad avanzada encorvada por el peso de los años, esto no fue obstáculo para seguir impartiendo las letras y los números; la geografía, la historia y la doctrina cristiana.
Es hora de rendir un ferviente homenaje de gratitud a los maestros que nos formaron. A la Villalpando, a Emilia y a todos los que le antecedieron en la educación desde la fundación de la escuela en 1901, al igual que a los Jesuitas y a todos los que normaron el comportamiento del Llano.
Don Francisco Dávalos y Jasso, los presbíteros Rafael Dávalos Mora el padre González el padre Fervolés … Emilia Cerda, paladines, de la época de la hacienda de los Dávalos. Los invito para recordarlos evocando sus nombres.
La educación en El Llano, no se ha aprovechado a su máximo, salvo raras excepciones y gracias al apoyo económico, familiar dos hijos egregios han visto coronados sus esfuerzos en el campo de la iglesia y han logrado su ideal sacerdotal, me refiero a los dos hermanos los padres Alfredo y Alejandro González Gallegos. Un hijo de Jesús Luna recibió su licenciatura, y el hijo de Carlos Ochoa se ha recibido también de sacerdote.
Ahora, los padres de familia han sido los culpables de que sus hijos no aprovechen la educación primaria íntegra y puedan escalar niveles de licenciatura. Porque hasta hoy siguen sacando a sus hijos de la escuela para las siembras, tanto de temporal como de regadío, así como la escarda y otros cultivos; esto va en detrimento de su formación escolar, es un vicio muy atávico que debe evitarse y sepultarse para siempre para bien ir educando, del padre y para decoro de la patria chica. Todos los jóvenes que han pisado los dinteles de los centros universitarios se han fugado por así decirlo del hogar. se han escapado y se han superado a pesar de las dificultades, pero saben mejor que nadie que: gloria se conquista por medio del sacrificio.
Necesitamos más esforzados, allanémosles el camino, es para bien de todos. El campo para que dé mejores cosechas, debe ser preparado adecuadamente y cultivado con amor. Así debemos cultivar el talento, “La ciencia salva a la patria y a nosotros también”,
Las carencias de la educación quizás sean por falta de recursos económicos, de orientación adecuada, todo esto debe superarse la marcha académica no debe estancarse.
Lupita me asegura que había alrededor de 30 casas más o menos en Chiquirinda porque ella llegó de la Quiroseña donde vivía directo a Chiquirinda; y que en el jacal de la loma sólo había unas cuantas casas.
Las demás casas, 21 ó 22 estaban en las del Jasseño y antes se llamaba Chiquirinda también y ahora se llama la Brisa. (Tal vez estos lugares o poblados el de las faldas del Jasseño y las casitas del Jacal de la Loma , los dos se llamaron en un principio Chiquirinda, ya que los gatos, el Chapil y la Loma son un promontorio dependiente del Jasseño dividido por el puerto de los Gatos.
Por ahí pasaba el camino real, el cual venía de tierra caliente, pasaba por Cotija, atravesaba Chavinda, el Llano, Ario, Zamora y así seguía a otras poblaciones donde consumían sus productos, como lácteos, semillas, carnes secas y otros que transportaban en mulas esos arrieros de tierra caliente.
¿Qué era un Camino Real?, en tiempos de la colonia, cuando llegaron los misioneros a estas tierras vírgenes, los indígenas los recibían como a sus emperadores aztecas y el lugar por donde pasaban predicando la palabra de Dios, y a donde evangelizaban a los pobladores, a ese camino lo llamaban Camino Real. Así que camino real, era el que recorrían sus reyes y así les llamaron también a los caminos por donde pasaban los evangelizadores, porque los asemejaban a sus reyes.
Sin embargo, quienes afirman que Chiquirinda es solamente el Jacal de la Loma, junto al vallado o zanja regadora con las aguas del rio Duero, son Luis Avalos y Adolfo González.
Lolita sigue diciendo, bueno nosotros bajamos de las faldas del Jasseño (ahora la Brisa. para vivir en casas al amparo del patrón).
Con orgullo dice, que ahora el pueblo del Llano le llama la nanita, por ser la de mayor edad que existe. ¡Qué precioso eslabón es Lupita, y con que satisfacción nos une con el pasado. Sin esperarlo, ella nos da todos estos interesantes datos, eslabonados y sólo transmitidos a nosotros por este testigo del pasado. Nadie, fuera de ella, Don Ramón Plancarte, Las Cerda, Luis Avalos, Adolfo González, etc … , nos han legado esta tradición importantísima; nadie como estos comunicadores a quienes debo gratitud infinita. de ellos he podido recibir de palabra los mejores datos, y una contribución de lo mucho que debo a mi terruño donde nací. Ojalá que mi contribución encuentre eco en el pueblo con quien estoy entrañablemente vinculado.
No dudo que haya más nanitas y tatas y los hay, que sepan y han sabido más de lo que hasta aquí he redactado. y que haya mejores plumas que la mía y relaten al Llano mas bellas crónicas que las de mis nanitas y tatas.
Quiero hacer una llamada de atención para evitar este que pudiéramos llamar un desacuerdo entre Lupita, Salomón y Luis Avalos con relación a Chiquirinda. Interpretemos y ratifiquemos con hechos y datos: Primero Lupita afirma que cuando llegó de la Quiroseña ya había otro poblado en la Loma o Jacal que se llamaba Chiquirinda. Luego esto prueba sin lugar a dudas que el verdadero Chiquirinda ya existía allá en dicha loma y era por tanto anterior al Chiquirinda de la Brisa, el que estaba en las faldas del Jasseño al otro lado de las vías del ferrocarril.
Posiblemente. cuando Lupita Salomón llegó de la Quiroseña ya había familias establecidas del otro lado sur de las vías del ferrocarril, yen las faldas del Jasseño.
De lo que sí no sabemos, o podemos estar seguros , es que esas familias establecidas al otro lado de las vías, posiblemente ya estaban o hayan estado asentadas ahí desde antes de la fundación de la hacienda del Llano, o hayan sido familias que llegaron ahí provenientes de la Chiquirinda de la Loma.
Pudo ser también. que los de la Brisa, o las familias que estaban aposentadas del otro lado de la vía, hayan adoptado desde el principio llamar a ese lugar “Chiquirinda”, en honor a los chiquirindas de la Loma. Recordemos que el nombre de la Brisa, lo tiene posterior a la fundación dc la hacienda.
Además. cuando el patrón Dávalos y Jasso los llamó a poblar el Llano bajaron de la Chiquirinda del Jacal. También los Chiquirindas de las faldas del Jasseño situado al sur de la hacienda y bajaron conforme los fue llamando Don Francisco.
Para finalizar este desacuerdo, llamémosles a los de la Loma Chiquirinda la grande y a los de la faldas del Jasseño, Chiquirinda la chica y así el desacuerdo queda solucionado.
Nanita, debió tener uno 98 años, cuando me relató estos datos en 1995.
Pero sigue proporcionándome más datos: Siempre me he deleitado en ir a ella como se va a los manantiales a extraer de sus ninfas que vienen de las profundidades de los mantos acuíferos de la madre naturaleza y participarlos, compartirlos, no quedarme con ellos. Así son los relatos, fuentes nutrientes, informantes, como los manantiales cristalinos que se difunden a los valles y a los prados amenos. Y así es Lupita; sigue vertiendo, manando y destilando sabios conceptos a generaciones jóvenes, es como un manantial diáfano e inagotable.
Me dijo además. que en el Llano se quedaron de capellanes los padres Jesuitas Reynoso y Fervolés.
Otro dato interesante: conoció personalmente al padre Gonzalo Carrasco y cuenta emocionada que el padre estaba retocando la imagen escultural del Sagrado Corazón de Jesús y que esto debió haber sido en 1907, por lo tanto debió ser en los primeros días del mes de junio. El sacerdote de feliz memoria retocaba la imagen sagrada entre el colegio y la hacienda, en un pasillo y a la altura de los cuartos donde se guardaban todas las esculturas de los santos y demás cosas sagradas para el culto. El padre la llamó; porque andaban por ahí con las alumnas ya que las llevaban seguido para recitarle y cantarle a Doña Merceditas, la esposa de Don Francisco que ya se encontraba delicada de salud:
“Bueno, el padre Gonzalo la llamó y le dio dos pinceladas en las mejillas y la despachó, las niñas al verla sueltan una catarata de carcajadas espontáneas y cristalinas, como la cascada que va rompiéndose de precipicio en precipicio. El padre sabía conducir a la niñez. Dice que la escuela estaba en donde era la casa de Doña Paula Zamora, que había un padre que se llamaba Joaquín y era el padre capellán de pie.
Afirma categóricamente que los patrones eran buenos, que no eran delicados sino generosos con el pueblo. Esto prueba, lo contrario de quienes opinan que eran déspotas e indolentes.
Confirma que los patrones estimaban con especial atención al Padre Gonzalo Carrasco pintor de fama internacional; y por esa amistad sincera, la víspera de San Gonzalo que era el 10 de enero le preguntaban al apóstol pintor, y vaya qué pintor, todo un pincel de fama universal: “Padre, ¿Qué quiere de regalo?, ¿Qué le gustaría en especial para el día de su onomástico”, quiero, contestaba, un banquete para mis pobres peones de la hacienda; y de tanto que lo querían. los patrones se lo concedían. Pues sí, esto demuestra que a los peones los quería el patrón, pues sabía de antemano que su riqueza era fruto no solamente de abolengo y de su ingenio, sino también del esfuerzo de sus peones por eso la educación no la cobraba, los libros, las pizarras y pizarrines, y todo el material didáctico lo proporcionaba a través de la tienda de raya; esto fuera de lo convenido con el peón sobre la jornada de trabajo y salario.
Además regaló al noviciado la finca y la propiedad para el sostenimiento de los Jesuitas: y regaló no solo a la sacristía del templo del pueblo, que la proveyó de todo lo necesario para el culto divino, sino también a la sacristía del noviciado. Ya sabíamos de todas esas virtudes de los señores Dávalos, glosaba Lupita Salomón Bermúdez, Carlota Cerna, Jesús Iturriaga. Francisco Moreno. Ramiro Ayala y otros que debieron estar acordes con Lupita.
Para aquellos que no creían en las virtudes de los Dávalos, relata Lupita que por parte de la hacienda les organizaban paseos a los niños y niñas de la escuela y les mandaban la comida al campo. Que en la escuela en tiempos de cuaresma, las hacían ayunar y abstenerse de comer carne durante los 40 días por amor a nuestro señor Jesucristo y así acompañarlo en sus sufrimientos por salvarnos. De acuerdo a la prescripción cuaresmal y de la mortificación mandadas por la iglesia iban las niñas y los niños de la escuela a pedir de casa en casa a las 12 hrs. del día comida de limosna, y les regalaban en sus trastos que llevaban: arroz con leche, capirotada y sopita de habas, tortillas, etc. … ¡Oh tiempos”. fueron costumbres hermosas que arraigaron en el pueblo, acostumbrándonos desde temprana edad a estos actos piadosos y otros más, todo por amor a Jesucristo y él ser agradecidos con Dios padre, actos lindísimos de amor al prójimo.
Quiero dejar asentada otra linda costumbre y era la que por el mes de mayo, junio y julio se sacaban los estandartes del Sagrado Corazón de Jesús yel de la Santísima Virgen María y se llevaban al campo por la tarde y todo el pueblo entonaba el santo rosario y cantaba la letanía de la Santísima Virgen y las de todos los santos, cada misterio lo amenizábamos con cantos litúrgicos para pedir a Dios nuestro señor un buen temporal, solo los enfermos no iban.
Otra bella costumbre eran las celebraciones de las santas misas que por abril, eran las de rogativas especiales para pedir a Dios nos enviara lluvias convenientes y saludables para que se fertelizaran los campos y dieran abundantes cosechas para no perecer de hambre, así como por el aumento de los manantiales para no carecer de agua.
Fuentes de aguas vivas sigue derramando Lupíta al pénsil del Llano; Carlota Cerna y María Cerda formaban parte del coro y cantaban en las celebraciones del santo sacrificio de la misa y la amenizaban con su participación en las fiestas conmemorativas del patrón del Llano. Las tres conocieron al novicio Miguel Agustín Pro y dicen que le gustaba cantar con ellas y que tocaba la guitarra y la mandolina de maravilla y que era muy alegre y junto con algunos novicios que formaban el coro también subían a cantar con ellas las palies litúrgicas en las grandes solemnidades.
Que cuando se consagró en 1901 bendijo y dedicó el templo al Sagrado Corazon de Jesús hubo en la ceremonia algunos matrimonios de los peones de la hacienda ) primeras comuniones de niños y niñas y que entre los matrimonios, recuerda el de Lina Solis de Avalos.
Aquel mito de que a los patrones, propiamente a nuestro patrón no le interesaban profesionales “sino peones”, quedó atrás. Esto pudo darse en otras haciendas, pero en el Llano no existía esta discriminación y la educación siempre fue ascendente y no hubo óbices ni trabas de parte del patrón, a que si alguien descollaba siguiera adelante. Recordemos que ellos ayudaron personalmente a la formación del padre Jesuita José González.
Así que aquello de que sólo a los hijos de los ricos les era lícito escalar a las licenciaturas y que los hijos de los peones sólo podían escalar las jornadas del campo: que “no les importaban los sabios”, bastaba con que supieran leer y escribir y contar. Los hijos de los peones de los aparceros y de los medieros, tenían que seguir la tradición de que al patrón le interesaban los peones para barbechar, melgar, asurcar, sembrar las tierras y levantar cosechas. ¡No!, este desplante no se dio con el patrón.
A los hijos de la hacienda les estaba reservado también este privilegio, me refiero a los de la hacienda del Llano. Los hijos de los peones decía el patrón, también son ciudadanos con los mismos derechos y nacidos en el mismo suelo patrio; y si la constitución no los excluye, tampoco yo. Todos tienen derecho a escalar y a todo ciudadano mexicano le pertenece esta avanzada de los pueblos civilizados. Para quienes podían lograrlo no hubo impedimento de parte de los Dávalos.
Peones de la hacienda fueron los padres González Alfredo y Alejandro, Refugio Gallegos …
En el Llano, hubo esta excepción gracias a dos elementos mentores que fueron el docente y el jesuítico y los privilegiados que fuimos todos los habitantes del Llano: docente porque educó y formó a nuestros padres a Los hijos de nuestros padres acaudillados por maestros como Gómez, María Zarate y Emilia Cerda, Leon y Refugio Gallegos.
Segundo: El jesuítico padre fervolés, Reynoso, González, y otros más que desde la cátedra evangélica nutrieron al pueblo de sabios conceptos de dogma, moral y justicia social. Y gracias a todos ellos, los hijos del Llano, también los diseminados en varios puntos de la geografia siguen dando frutos generosos, gracias a esos forjadores y comunicadores de conciencias, de amor al estudio y al trabajo, al patriotismo y a la religión de los pueblos libres.
Al temperamento personal de la maestra Emilia Cerda, debemos lo que sabemos gracias a su regla que era un cetro de mando, a las labores escolares. Su figura aparentemente débil y de baja estatura se agiganta en el campo de la docencia; su alma grande alimentada en la sólida doctrina cristiana de ella saca, aprende y obtiene armas, cultura, virtudes, y no se casa; hace tal vez este sacrificio para ofrendarse y consagrarse toda entera a la niñez que tanto amó.
Predilecta hija de San Simón, pidió carta de ciudadanía al poblado del Llano y el Llano gustoso se la extendió. Ella supo corresponder darse, y entregarse a él sin reservas, con desinterés. Estas son virtudes que sólo saben ofrendar las almas gigantes y generosas como ella y no es que mi pluma defienda al señor Don Francisco Dávalos y Jasso sino que así me lo dibujaron los pinceles que sí lo conocieron. Me gustaria haberlo conocido y tratado, pero yo nací 12 años después que él ya había fallecido; sólo me inclino a creer porque así fue según los jesuitas que si lo trataron y que seguramente le infundieron ideas de redención y amor al prójimo y por esta razón debió haber sido así este señor.
Tengamos en cuenta que no a todos los que mueren por muy amigos y bienhechores de los jesuitas los visten a la hora de su muerte con el habito de su propia orden, y a él lo vistieron así y así estará en su tumba. No me consta, pero mi tía Soledad Cerda me lo contó, que así lo habían traído vestido con la sotana de los padres de la compañía de Jesús dentro de su caja y que así lo vio cuando lo trajeron desde México, D. F., donde murió.
Era humano y los hombres de acuerdo. a las circunstancias, al tiempo que le tocó vivir se ven presionados a cambiar. Tomemos en cuenta que él murió casi al estallido de la revolución y ya para entonces su criterio debió haber sido otro de acuerdo al concepto de las haciendas y ya empezaban a empujar las avanzadas y los cambios ideológicos por los conceptos de justicia social que venían.
Yo conocí a Don Jorge Dávalos, sobrino de Don Francisco y lo conocí de mal hablado que era. Recuerdo cuando regañó fuertemente a Rafael Ríos con palabras altisonantes. Estaban cosechándose los trigales y Don Jorge observó que la máquina trilladora estaba tirando mucho trigo por el tubo donde salía la paja, le dijo: ¡Qué no ves Rafael. en la paja está saliendo mucho el trigo, ajústala o haber que haces!
Pero en el fondo Don Jorge era buena persona: Recordemos que a Refugio Ríos le dio a trabajar el potrero de la alberca. 2°. A mi papá Jesús Solís le cedió la fragua. 3. Concedió a Refugio Ríos y a su gente el pago de un peso por ocho horas de trabajo y 4°. Quería que todos, hasta los leales se inscribieran en las listas del Agrarismo. Estos rasgos o características no las vi en la patrona María y la conocí como conocí a Don Jorge en los años 30, ya en los umbrales del agrarismo.
Esto es solamente un esbozo de aquel hombre adusto que se llamó Don Francisco. Tuve también el gusto de conocer personalmente en la calle de Tabasco No. 11 J de la Colonia Roma de la Ciudad de México, a la señora Antonia Dávalos de López, hermana de María Dávalos y recuerdo que fue en el año de 1959. La dirección me la dio mi tía Soledad que en paz descanse. Fui a visitarla, y gustosa bajó a la sala de su casa, me saludó, a continuación preguntó por mi papá y le conté que ya había muerto me dio el pésame; recordó también a Don Silvestre González y a su hijo Adolfo, también Francisco González, preguntó por Don Esteban López y por otros que ella misma recordaba y a quienes evocaba con cariño, preguntó por el Llano actual y que si yo conocía a Camucuato su Hacienda querida.
Bueno se traslucía la bonomía y veía en ella retratada la de su padre y yo me preguntaba:
Así debió ser de bondadoso Don Francisco, porque las características se transmiten indistintamente en los hijos, no todos reflejan los mismos caracteres, no todos los hijos son iguales, son dispares como los dedos de las manos.
Así que si me excedí en finezas con Don Francisco, perdónenme, pero así lo vi en el retrato que me describieron los informantes, y yo tengo el deber de decir lo que otros dicen. porque lo dicen, y porque así l0 vieron y lo vivieron, quienes de verdad lo conocieron. Fray Bernardino de Sahagún se encerró con todo su equipo, con 11 sabios peritos de las Cosas de la antigüedad en Tepeapulco, Hidalgo, y ahí, después de largos días de encierro y consultas, nació su maravillosa obra de la antigüedad nahuateca, así fue como yo entrevisté a mis informantes y así fue como me lo describieron, al igual que los informantes a Fray Bernardino de Sahagún.
Así trasmito, con dispersonales criterios apegados siempre a la verdad del dato, del hecho y del acontecimicnto, si exagero, perdón. Sí convencí, Gracias!
No dudo que Don Francisco haya tenido defectos, haya cometido errores, equívocos todos los humanos los tenemos, los santos fueron seres imperfectos, pero se esforzaron por ser buenos a lo divino. No trato tampoco de ponerlo en un nicho ni colocarle una aureola en su cabeza, de esto se encargará la santa madre Iglesia. Pero tampoco pretendo satanizarlo Como lo hicieron tal ves otros. Don Ramón Plancarte afirma, que cuando murió Don Francisco, los peones sacaban el retrato del patrón le rezaban el santo rosario con el requiecast in pace y de regreso las patronas les hacían una merienda con pan y chocolate en agradecimiento a tan singular detalle.
Arrogancias, discriminaciones, desprecios, violencias, todo esto es inhumano. Me agrada narrar lo positivo, los hombres todos cometemos o estamos llenos de defectos y de errores y esto es todavia humano. Apreciemos lo bueno que nos ofrecen los humanos, que de maldades de ingratitudes, de tiranías, de humíl1aciones, de violencias y otras …. estamos y estuvieron los pueblos llenos. Los poderosos siempre han humillado la frente sudorosa de los mismos pueblos que los sostuvieron en el poder. Sólo que se sienten tan seguros que pasan desapercibidos y no creen que un día ese pueblo humillado y cansado de tantos dolores puede invertir la pirámide, derribar la cúpula en donde se encasillan los poderosos; si los miserables pueden un día ocupar su lugar, el lugar de los poderosos que mangonean al mundo a su antojo
De esa etapa de las haciendas. tal vez el 90% de sus dueños eran malos e inhumanos, pero a nosotros nos tocó en suerte el 10% de los que eran buenos.
No ignoro que se sufrió en esa época, sí, y ahora ¿no se sufre”, en estos tiempos de crisis en que estamos sumergidos, en que el campo y las promesas al campo, aún no se han cristalizado.
La tónica al campo no ha llegado aún, la redención no la vemos venir; nos vemos cada día más hundidos, llegamos a la desesperación cuando contemplamos al agro abandonado. a nuestros hijos dispersos Y en busca de trabajo, explotados en los Estados Unidos y aquí mismo en México. Nó señores los ideales de la Revolución no se han cumplido, los ideólogos que están en el poder desde que se terminó la Revolución son los que nos ha traicionado. No se nos ha hecho justicia.
A veces pensamos, que los que están en el poder son los que cambiaron todo antes era el patrón, el hacendado el amo. Ahora son ellos los que ocupan el poder, los amos. Y sigue la yunta andando y hasta cuando la vayan a sustituir por el tractor estos nuevos amos.
“¡Oh Justicia! Cuántos crímenes se cometen en tu nombre, como dijera el padre Luis Mena. profesor de derecho canónico en el Seminario Diocesano de Zamora.
“Antes el capital llegaba al mundo chorreando sangre”. Sangre, sudor y lágrimas del pobre en beneficio del capitalismo. Ahora sigue chorreando sudores, lágrimas y sangre. pero en beneficio del supremo gobierno que no ha sabido o no ha querido administrar debidamente nuestros impuestos y canalizarlos en beneficio del pueblo. A nosotros nunca nos llegan esos beneficios cacaraqueados por los líderes políticos corruptos, Lo único que recibimos son miseria, hambre, desolación y cargando sobre nuestras espaldas una deuda impagable. Votos quiere el politico y cuando está en el poder, se olvida de sus promesas.
¿Qué hay pues ahora de positivo”, ¿Qué nos ofrecen para quedamos con ello? ¿’Qué queda de mi Patria’?
El Primer Templo del Llano.
Fabricado por el Sr. Don Francisco Dávalos y Jasso, bendecido y dedicado al Sagrado Corazón de Jesús el 14 de junio de 1901.
De adobe, forrado de ladrillo rojo y en forma de cruz latina, techado de madera y tejado tal como existe hasta nuestros días; pues fue lo único que respetó Maria Dávalos.
Exteriormente, sencillo como todo templo de misión. Construido de una sola nave sin columnas. Pegada al muro de la nave una torre suficientemente alta que se ve desde lejos. conteniendo tres campanas.
Al fondo del templo, el altar principal, sobre éste un nicho artístico con la escultura hermosísima del Sacratísimo Corazón de Jesús, declarado patrón principal del pueblo; en cl altar el nicho del patrón divino, dos nichos a los lados del sagrario y del altar donde se colocaban dos hermosos ángeles aludos, era todo de madera. También eran de madera los dos altares de los cruceros, el de la derecha con la pintura al óleo de San Ignacio de Loyola, haciendo y escribiendo los ejercicios espirituales en la cueva de Manresa.
El crucero izquierdo con el óleo de la Santísima Virgen de Nuestra Señora de Guadalupe, obras las dos debidas al pincel del padre Gonzalo Carrazco S. J.
Fijos en el tondo a un lado y otro del altar mayor dos nichos sencillos de madera y colocados a la derecha una escultura primorosa del Sr. San José con el niño en sus brazos ya la izquierda, otra escultura de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María de belleza sin igual, única y de un perfil greco judío como las bellas mujeres descritas en el antiguo testamento.
La entrada principal del templo, partía del patio donde se almacenaban las mazorcas de maíz recién cosechadas, y por un amplio pasillo con columnas de madera y a manera de portal, por donde entraban las familias Cerda, Torres, Gazcón y personal de confianza de la servidumbre de la hacienda. Precisamente por esta entrada, una vez que se entraba por un hermoso portón de madera labrada, se encontraba arriba el coro del templo con un bello órgano alemán.
Otra entrada al templo era la que estaba en el lado sur, frente al Jasseño y en donde estaba tambien Ia cruz de la misión; la entrada era bonita, con barandal, con jardín a uno y otro lado del mismo y era por donde acostumbrahan entrar los labriegos o peones junto con sus familias del poblado. Al entrar se encontraban con una escultura bellísima de madera de San Antonio de Padua, el patrón de las solteras; la escultura era de regular estatura.
El interior del templo estaba lleno de bancas con asiento y reclinatorio y los fieles se colocaban en orden, las mujeres tapada su cabeza con el rebozo por un lado y los hombres del otro lado doblaban la rodilla derecha al pasar frente al sagrario y se persignaban con devoción. El piso y el techo eran de madera barnizada.
Otra entrada era la de los patrones por un pasillo vistoso que iba de la hacienda directo al templo. Los señores amos se colocaban en el crucero derecho con sus asientos individuales y reclinatorios especiales para ellos. Por este crucero al poniente estaba la entrada a la sacristía y ahí entraban directamente los sacerdotes y los novicios de la compañía por una puerta que conducía al noviciado.
Ya que llegaban los patrones salían de la sacristía los sacerdotes celebrantes con los acolitos. revestidos, los sacerdotes con vistosos y litúrgicos ornamentos para iniciar la santa misa, no sin antes entrar cantando saldomias especiales sobre todo en las grandes solemnidades, como las del patrón del pueblo, de la Santísima Virgen, San José y de San Ignacio de Loyola, segundo patrón del Llano y participando el mismo pueblo con mucha devoción.
Los ventanales del templo son ojivales y amplios; las campanas de la torre son tres, la mayor está dedicada al Reverendo Padre Carrazco, la segunda es para llamar a misa y rosario y la chica que se toca junto con las otras dos cuando hay repiques en las grandes solemnidades del pueblo.
Tiene cl coro un órgano regular, no gigante y está arriba de la entrada oriente. Tiene su barandal artístico y vistoso. A este coro subió el novicio Miguel Agustín Pro a cantar con las hijas de María, coro que quedó finalmente bajo la dirección de Maria Cerda. Este fue el templo de nuestros progenitores. Y este templo a pesar de que ya se tiene el nuevo, sigue en pie, queremos que no muera porque tiene inalterables remembranzas.
En principio se acordó que el templo se conservará, reparará y adaptará para catequesis y juntas relacionadas con el culto del templo nuevo, y tal vez se dedique o consagre al Beato Agustín Pro.
El templo es rico en ornamentos vasos sagrados, custodias, santos, verdaderas obras de arte escultórico, pero ahora ya no queda casi nada del templo que era el más rico de la diocisis de Zamora. Todo este saqueo, y despojo lo hizo a quien no le costó nada. Eran reliquias pertenecientes al templo del pueblo porque la capilla doméstica de San Estanislao de Kostka del noviciado, tenía lo suyo.
No es justo, no existen yu esos ornamentos, ni vasos sagrados, ni todas las esculturas, ni copones, cálices, custodias, candelabros valiosísimos, Palios; del crucero derecho desapareció el óleo de San Ignacio de Loyola, no están las esculturas de santos, corno el de San Antonio, su órgano tampoco está.”. ¿Quien ordenó este saqueo? Y este despojo de nuestro templo? El de nuestros padres y abuelos, de ese templo que construyó Don Francisco Dávalos para el pueblo del Llano y de la dote tan valiosa que el amo regaló?
El Llano no merece este horrible despojo y quienes posean todo este tesoro sagrado, deben devolver.
En el sagrado recinto del templo del Llano. Estan sepultados los patrones y familiares Dávalos y Jasso, tamhién en el altar a la izquierda estan los restos del padre Menivil S.G. y el de Doña María Guadalupe Garibay cuyo cuerpo se encuentra sin descomposición, ella fue abuela de Don Francisco.
A continuación, relato la versión que me fue revelada por Francisco González y es verídica.
El fue testigo junto con Don Silvestre y Adolfo González de lo que aconteció antes y después del reparto de las tierras de la hacienda del Llano.
Don Silvestre, Adolfo su hijo y Francisco González sobre todo, fueron empleados de confianza de la patrona María. Ella les encargó una misión importante: “La custodia de alta responsabilidad, ellos eran fieles y de las confianzas de la Sra. María y se responsabilizaron y se quedaron al frente de las pertenencias de las fincas de la hacienda, del templo y de la capilla doméstica del noviciado ya que tenían que velar por todos los sagrados tesoros que ahí estaban escondidos hasta ese momento intactos en Junio de 1933 y a principios del 36”. Así que vasos, custodias, ornamentos, esculturas y candelabros de incalculable valor todos ellos, tanto los del templo como los de la capilla doméstica, el noviciado de los reverendos padres Jesuitas, con su biblioteca, todos los muebles quedaron intactos, dice Francisco hasta el día en que se decretó el saqueo dado y ordenado por la Sra. Dávalos de Ovando.
El móvil para mí, fue el afán de venderlo todo al mejor postor, y salían dice Francisco cajas y más cajas llenas de reliquias a Zamora Michoacán , frente al norte de la plaza de Zamora, donde tenían su finca los Dávalos del Llano. Muchos de ellos, los vendió en Zamora
El Seminario diocesano de Zamora, ubicado en Juarez No. 100, conservaba el refectorio, y tal vez algunos libros pertenecientes a la biblioteca del noviciado, que quizás donó gratuitamente la patrona.
Infame saqueo, despojo sacrílego de parte de esa señora.
Pero no hubo oposición de nadie, del pueblo que ignoró lo que acontecía y carente del valor de las propiedades del templo y del valor artístico e histórico de la finca del noviciado. No hubo un talento valiente que pusiera fin a la destrucción de tan hermosa finca y el contenido tan valioso, patrimonio legal del poblado del Llano por determinación de Don Francisco.
No sé si consultaría al provincial de la compañía de Jesús para tomar tan drástica determinación, o sí ella quería borrar la imagen tan cara para nosotros, la generación posterior. Qué lo hiciera con el casco de su hacienda, pero no con el noviciado y su contenido sacro; no respetó las propiedades sagradas del templo del Llano. El patrón Don Francisco Dávalos, sí tenía conciencia del cambio que tenía que acontecer, porque los reverendos padres de la compañía ya los habían prevenido. El no se hubiera atrevido a cometer semejante barbaridad y sucedió que su hija sí, y a imitación de Tito Vespasíano emperador romano, no dejó piedra sobre piedra del valioso, hermoso, llorado y tan querido noviciado del Llano. ¡Oh tiempos! Oh costumbres! Diría Cicerón. Y los que conocimos estas fincas vemos ahora sólo rastros imperceptibles de lo que fue la finca bendita, exclamamos aterrados parodiando a Virgilio ¡Oh que diferencia de aquello que fue la gloria, la perla de un pasado glorioso, que disfrutaron los ojos de nuestros antecesores. pasado histórico, que no omito transmitir con dolor a las generaciones presentes y venideras que tienen derecho a saberlo y que enjuiciaran serenamente a quienes hayan sido culpables de este atentado..
Excentos de culpabilidad están, los señores Silvestre, Adolfo, y Francisco Gonzalez
EIlos fueron los que quedaron de encargados de velar estas fincas hasta que se dio la orden del atropello patrimonial de un pueblo victima de la ignorancia de lo que realmente le correspondía para defenderlos y oponerse a la orden inÍcua y terrible que se dio después del rcparto de tierras y el consiguiente saqueo y despojo de los hogares de los peones que no quisieron enlistarse en las filas del agrarismo.
Por otra parte, afirma Francisco, que siendo presidente del comisariado ejidal Jesús Ascencio estando de profesor de la escuela rural y federal del Llano un señor muy revoltoso que pronto inf1uyó en el ánimo de algunos agradistas. y los indujo a que les arrebataran con fuerza de violencia y prepotencia las llaves de la hacienda y del noviciado a los señores González.
Frencisco dio aviso inmediato a las autoridades competentes de Zamora, no sin antes afirmar que todo esto movió, apresuró y urgió el saqueo de inmediato de la patrona. Francisco dio aviso de inmediato a las autoridades competentes del municipio de Zamora y, de las autoridades del Gobierno salió inmediatamente la orden para que el presidente de el comisariado ejidal entregara las llaves al Sr. Don Francisco González, que de no hacerlo se atendría a las consecuencias.
El Gobierno de Zamora, con este gesto dio muestras de respeto a la propiedad que era ajena al agrarismo, respeto que no cumplió la Sra. María, que no se quien la asesoraba para que tomara tales determinaciones. Un pueblo que fue siempre fiel al patrón no merecía ser tratado así. Pero el patrón bueno ya había muerto y quedaba Maria.
Y lo curioso, que en Zamora centro de la cultura, no hubo tampoco o no quiso nadie, defender los justos derechos de un pueblo despojado. Pero en esta vida todo se paga, porque aconteció que el ganado lechero perteneciente a la Sra. Dávalos Ovando y tal vez aprovechando alguna ausencia, aparece repentinamente sa sobrino Don Jorge y se pone a herrar con su fierro de propiedad todo el ganado lechero: y la leche que los peones ordeñadores llevaban a Zamora a vender, Don Jorge se aprovechó de la venta de la leche durante algún tiempo. De esto se enteró la Sra. Dávalos y vino al Llano, la enteraron de que el ganado seguía dando leche, pero la venta la aprovechava Don Jorge; y que además había marcado el ganado con su fierro de propiedad y se armo de venganza: La señora mandó hacer fierro propio y se vuelve a herrar todo el ganado; había llegado de Zamora en su carro Don Jorge y trina contra Don Silvestre, pero él le para los tacos y le recuerda que la señora estaba enterada ya de todo, y que ellos obedecian las ordenes de la patrona y no las de él, porque ella era la que les pagaba.
El Tranvia
Recordemos los que todavía vimos todo esto en pie, que además la finca contaba con un tranvía especial para los patrones y para los padres de la compañía. El tranvía corría de la finca de la hacienda hasta la estación del Ferrocarril y era tirado por un tiro de mulas o de caballos enjaezados para llevar a los patrones y sus familiares a la estación ferroviaria cuando iban a Zamora o al Distrito Federal o a cualquier otra ciudad, así como de recibirlos cuando regresaban previo aviso. Este tranvía desapareció para siempre y no se volvió hablar más de él, pero sí lo había.
Nota juiciosa:
Ni Don Silvestre, ni Adolfo, hijo de Don Silvestre ni Francisco González fueron culpables, porque ellos eran hombres de las confianzas de la señora María, lástima de nombre que lleva; y sólo cumplieron órdenes de ella, porque ella les pagaba.
Ellos, nos consta, son personas honorables, responsables y de intachable conducta, conocidos de todos nosotros. Ellos fueron sinceros, ellos cumplieron.
La culpable es María, porque el patrón Don Francisco, estaba conciente de que la dote de el templo y de la capilla doméstica, eran propiedades más bien del Llano y no inherentes a la heredera de la finca de la hacienda del Llano.
Anécdotas:
En 1987, me cuenta Salvador Ceja, oriundo del Llano, que hacía tres años fue un anciano Jesuita a visitar el Llano.
Fue en la época de lluvias; en anciano le dio la vuelta a lo que era la hacienda y después al noviciado, digo era, porque ahora, sólo quedan mudos testigos como los de Tiripiteo, Michoacán, la Atenas del continente americano.
El Jesuita en cuestión. no se supo su nombre, y después de su recorrido por lo que fuera el noviciado, se sentó a descansar en una piedra que estaba al borde del fortín oriente. Lo acompañaba un joven; el semblante del Jesuita estaba bañado en lagrímas recordando tal vez tiempos pasados y glorias que ya no volvieron: en su interior se lamentaba tal vez, abatido por los recuerdos que el pueblo debió defender por lo menos la finca del noviciado dc la voracidad de la patrona Maria….. El joven que 10 acompañaba quiso limpiarle el lodo de los zapatos y el sacerdote se opuso con estas palabras:
“No hijo, no me limpies el barro, porque este barro del Llano es sagrado y me lo quiero llevar, porque están las huellas de santos varones.
Después Salvador, me participo entusiasmado y satisfecho de que se le iban a recibir dos de sus hijos en 1990, uno de ellos licenciado en Mercadotecnia, y el otro de Ingeniero civil.
Pero las palabras de ese visitante Jesuita. debemos los habitantes del Llano grabárnoslas muy bien y escribirlas en el álbum de nuestros recuerdos.
Otro anal es el de Luis González, y dice que estando en México, D. F. Se encontró con unos padres Jesuitas que habían conocido el noiiciado del Llano y le preguntaron ¿De donde eres? Y el les dijo que era del Llano y dice que se les nubló la vista y emocionados ante el recuerdo del Llano le dijeron:
“Nuestras bendiciones para el Llano querido y para todos sus moradores”.
Posteriormente después de tantos años, últimamente han venido esclarecidos varones de la Ciudad de México y también se les nublaron sus ojos y habían visto tan linda casa borrada totalmente del mapa del Llano.
De nada sirven lamentaciones. Pero faltó alguien de temple duro que se hubiera enfrentado a la patrona, a esa mujer prepotente, caprichosa e inculta y parara el saqueo. De verdad que ese alguien que no lo hubo y que de haberlo habido, nos hubiera rescatado esos edificios que ahora fueran un valioso e interesante patrimonio por el hecho de haberse forjado en ese horno bendito de caridad, almas corno las de) padre Pro, Benjamín Vertiz, José Bravo Ugarte, Altamirano,Bulnes, etc. A ella, claro está, nada le eostó pensemos que sólo el templo del Llano y el del noviciado eran más ricos que la catedral de Zamora. Todas esas reliquias sagradas propias del Llano y no de ella! ¡Que la perdone Dios!
Noviciado. Corre parejo con la fundación de la hacienda 1900-1935.
Una finca sencilla y hermosisima y carisima para todos los habitantes, sobre una base: bien cimentada y con un nivel suficientemente alto, se eleva, se alza orgulloso y bien diseñado el noviciado de los Jesuitas.
Sobre esa plataforma se fabricó el recinto novicio, con material de ladrillo y adobe: desván techado de madera y con techo dc teja roja.
Constaba de tres cuerpos cuadrados, cerrados, bien ventilados con patios y corredores amplio.” que daban entrada a las habitaciones de los padres maestros y de los novicios y al mismo tiempo al comedor, la cocina con su tomo por donde las cocineras pasaban los alimentos llevados al refectorio por hermanos menores; a continuación seguía la biblioteca, los sanitarios y baños de regadera y la botica.
La rectoría y sala de recepción estaban en el cuerpo en medio y junto la capilla doméstica, salones de estudio y clases y la sala de actos.
Los tres cuerpos de la casa novicia, tenían ventanas al exterior y en el interior también puertas y ventanas. Sus patios y corredores bastante amplios por cierto, con columnas que veían a un precioso jardín de plantas de ornatos y frutales.
Cada uno de los tres cuerpos tenía su uso determinado para padres, maestros, para estudiantes mayores y menores o postulantes.
El cuerpo de en medio, igual que los otros dos con corredores y portales y jardín, una fuente colonial en el centro con un pedestal y sobre el una estatua bien labrada del Sagrado Corazón de Jesus, muy hermosa por cierto y con los brazos abiertos mirando a la gran puerta con cancel decorado de madera y vitrales de colores, que era la puerta principal de entrada; A esta puerta se llegaba desde fuera por una calzada empedrada y bordada de fresnos, eucaliptos, acacias con jardineras a uno y otro lado llenas de azaleas, malvones y rosales. Por ahí entraban las visitas de los familiares de los estudiantes, de los aspirantes a novicios y también se recibía al personal de servicio de la casa. Por aquí también salían y entrahan los estudiantes cuando cada semana paseaban en el campo, o en el ]asscño o a los alrededores de la hacienda eon el padre maestro o celador. Pues bien por esta entrada, que era la principal se introducía a la sala de recepción y de ahí, si el asunto del visitante era con el superior de la casa, directamente se pasaba a la rectoría.
La rectoría estaba contigua a la biblioteca de consulta y a la capilla doméstica del seminario de novicios. Desde la rectoría, el superior dominaba con su vista el interior de la capilla dedicada a San Estanislao de Kostka y al mismo tiempo, miraba al altar y al sagrario a través de una ventanita y espiritualmente el rector le pedía luces a Cristo sumo sacerdote para dirigir atinadamente a los desiguales temperamentos de los novicios.
Antes de entrar al colegio, había una puerta de enrejado reforzada y desde esta puerta de oriente a poniente corria una barda o muro hasta pegar pegar con el templo propiament a espaldas de la gran sacristía; y por el poniente continuaha el muro que llegaba dejando libre la finca hasta los linderos de las tierras donadas por el patrón a los Jesuitas, para el sostenimiento del noviciado. Toda la propiedad de la finca del colegio, esta cercada y bien protegida con un grueso cercado de rocas y alambre de púas.
El otro patio, tercero cerrado tambien por corredores y jardines igual que los otros dos era en donde estaba ubicada al Sur la capilla de San Estanislao dando acceso al oriente a la sacristía, a la hacienda y al templo dedicado al culto del Sagrado Corazón de Jesús y por donde entraban padres y novicios a oficios divinos a catequizar al pueblo.
Al norte de la propiedad del colegio. Colindaba con el vallado o zanja. o canal de riego por donde corren las aguas tomadas del rio Duero para irrigar los bastos potreros de la hacienda Y del mismo colegio; pero junto al extremo del canal noroeste, se colocó un gran ariete, era una bomba primitiva una antigua que con su cabeza presionaba el agua y la impulsaba hasta la finca del colegio y de la hacienda por medio de tuberías el ariete era una especie de bomba de aquella epoca.
Dentro del colegio junto a la finca y en la parte Norte se constuyo una gran cisterna para almacenar el agua de servicio que era bombeada a las dos fincas. Probablemente bombeadas eon el mismo sistema del ariete,
Casi por los tres linderos. oriente, norte y poniente bordado de eucaliptos que servian mismo: tiempo de postes para colocar los alambrados de puas con el fin de que no hicieran daño los animales a los cultivos de frutales y hortalizas que eran de duraznos, membrillos, guayabos. naranjos, limoneros, sidrales, limos, viñedos y otros cultivos.
Seguir describiendo la vida interna y disciplina del noviciado. Se tomara lo que se haya escrito en la reseña histórica del Reverendo padre Rafael Dávalos Mora y de el padre Rafael Ramírez Torres S J.
Es justo que tengamos una idea clara, de los acontecimientos que fueron la causa del cierre del noviciado. así como supimos a donde fue a parar tanto saqueo del tesoro sagrado y artístico. tanto del noviciado como del templo mas rico de la diócesis de Zamora.
La revolución de 1910. fue el motivo del cierre no solo de colegios, monasterios, seminarios, templos. obras piadosas y orfelinatos_ .. Ya que los jefes revolucionarios después del 14, tomaron un tinte anticlerical muy marcado.
Por regla general dentro de los muro de los noviciados se respiraba espiritualidad, ciencia y virtud, porque había una regla de conducta que regia la diciplina y los fines de uan institución altamente calificada.
Entonces había campo abierto a la naturaleza, reinaban el ambiente propicio para la meditación y el estudio.
Todos los oficios religiosos, así como las clases se desarrollaban armónicamente dentro del marco del noviciado: la alimentación era adecuada
La capilla de San Estanislao de Kostka, era el centro de esa espiritualidad, de esa religiosidad.
La sabiduría de los Jesuitas aquilataba el valor de los novicios como soldados de Loyola Los padres, con atinada sabiduría dirigían el colegio de novicios con superiores de talla de rectores y maestros en el Llano. El padre Fervoles, capellan de la iglesia del pueblo, eran las columnas que sostenían la vida y disciplina tanto del Llano como del noviciado; vida, que se deslizaba tranquila, apacible a la sombra y amparo de aquel semillero que dentro del colegio lo tenían todo, nada les faltaba y gozaban del afecto y de la benevolencia de los Dávalos y Jasso.
Desde el púlpito de la iglesia, salía la doctrina moral y teológica que orientaba y afianzaba la fe católica del pueblo, Desde esa cátedra sagrada salían se predicaban conceptos cristianos y sociales para el patrón y su pueblo y se daban normas para regular las relaciones que debían mantenerse vigentes entre los dos sectores, el patronal y el laboral.
De ahí brotó ese torrente claro de luz, definido convincente y bien fundamentado. Los padres, en cuestión social lo mismo amonestaban a los patrones: “Tened cuidado porque es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico se salve”, así como a los jornaleros del hacendado inculcarles sus deberes de estricto rigor cristiano.
No cabe duda, que los Jesuitas sembraron en unas y otras mentes la semilla mejorada del deber y de la obligación y enmarcaron los fundamentos de la religión en campo propicio que rindió el fruto que los padres querían.
Sus misiones que organizaban cada año con motivo de las fiestas del Sagrado Corazón de Jesús despertaban un marcado interés en el campo social y religioso al grado, que cuando moría alguien, todo el pueblo se obligaba al luto y al entierro y hasta el patrón regalaba cajón y manta para los dolientes afligidos. Emilia Cerda vio este gesto caritativo del patrón, y el pueblo todavía se presta: Cuando muere alguno del Llano, todos acudimos a dar las condolencias y ofrecer unión y luto a los deudos del difunto, y ofrecer gustosos nuestros servicios para las exequias, funerales y honras fúnebres; expresión humanitaria, hermosa fruto de aquellos hombres esclarecidos que pasaron por este suelo haciendo el bien.
Esta actitud de los patrones la avalan: Lupita Salomón, la tía Soledad, Adolfo y Don Ramón Plancarte.
ANÉCDOTA: Después, casi al día siguiente de que el padre rector Miguelito González daba la orden o la recibía de sus superiores, del cierre del noviciado de la Compañia de Jesús en el Llano, en la mañana del 14 de agosto de 1914, entró un pelotón de soldados y María Cerda y Libradita González llorando les pidieron que se fueran, porque eran los culpables de que los padres y el noviciado se hubieran ido. El jefe que comandaba el pelotón les contesto’: “No señoritas. nosotros no somos culpables, porque somos tan cristianos como ustedes, lo que pasa es que venimos cumpliendo órdenes superiores de vigilar y tenernos que rendir cuentas. Con esto el pueblo se sentia verdaderamente huérfano, todos lloraban a sus guías espirituales.
Don Ramón Plancarte cuenta que: después de que murió Don Francisco Dávalos, la mayor parte dcl pueblo en el aniversario de su muerte, sacaban el retrato del patrón en procesión rezando el santo rosario por el eterno descanso de su alma y de regreso ya que terminaban el santo rosario, los familiares del patrón daban a todos los participantes una chocolateada con pan en agradecimiento. Un gesto muy propio y generoso de parte de los patrones y de los peones agradecidos.
Volviendo al noviciado, ver para tener una idea más amplia de lo que dice el padre Rafael Ramírez Torres S. J., sobre la vida del martir de Cristo Rey, Miguel Agustín Pro en el Llano.
En la casa del Llano (1911-1914)
El Llano o estación Dávalos, queda cerca de Zamora, pues solamente hay una estación intermedia. siguiendo hacia los Reyes, que es la de Ario de Santa Mónica. La estación Dávalos, era entonces un apeadero de bandera es decir, en la que el tren se detenía únicamente cuando había pasajeros que subieran o bajaran, cosa que el guarda estación indicaba agitando una bandera roja. El panorama era espléndido. A pesar de estar en plena temporada de lluvia, el día era sereno. La luz del sol se quebraba en las filas de eucaliptos de la huerta vecina al noviciado y doraba la torrecilla de la iglesia de la hacienda, lo mismo que los grupos de casitas acurrucadas en tomo de esta. La vega de Zamora, regada por el río Duero (nombres ambos derivados de sus correspondientes de España) se veía, por agosto, cubierta de flores campestres y remolinos de arbolado, en especial le daban mucha gracia las geométricas ondulaciones artificiales del río, encanalado entre gruesos terraplenes. Los montes ya lejanos como la beata y la beatilla, ya cercanos como el Jasseño o el abandonado mineral de la mula, parecían totalmente tapizados de esmeralda tierna, a causa de los pastizales y los arbustos.
Los atardeceres sobre todo tenían una singular hermosura que nunca se contemplaban sin emoción. Los crepúsculos eran bellísimos en especial, según decía la gente, por los fuegos de luz que formaban a lo lejos las emanaciones vaporosas del lago de Chapala.
Guardaba el portalón de la hacienda un rancherito. a quien más tarde, no se sabe porqué curiosas analogías, los hermanos estudiantes de latino le pusieron el sobrenombre “Capis”, tomado de la Eneida. Por desgracia se carece de la obra del padre de Corme S. L ya que es el cronista por excelencia de todos los noviciados de la Compañía de Jesús.
Un vagoncito tirado por mulas, conducia a los visitantes del noviciado hasta la puerta misma. Ahí recibió a Don Miguel el padre maestro de novicios que era al mismo tiempo Rector de la casa. El padre Manuel Santiago. era alto, membrudo, moreno, de mirada penetrante, pero que sabía suavizar profundamente y matizar con un reflejo de espiritualidad que desde luego inspiraba confianza y conquistaba a sus interlocutores. Era Español. Salmantino. j Providencia paternal de Dios! Tampoco el padre Santiago era una gran cabeza, pero sí un gran corazón; de manera que él y su nuevo novicio iban a entenderse perfectamente (Más tarde decía el hermano Pro; “Si mi Padre Dios no me hubiera dado al padre maestro, ciertamente yo no hubiera perseverado en mi vocación. Llamó el padre maestro al padre Martín Habig, ayudante suyo en el cargo de maestros de novicios, y éste condujo a sus respectivos aposentos a los recién llegados, al padre Habig, era de origen Alsaciano, simpático, a quien los muchachos en el colegio en donde hizo su magisterio no hallaron mejor apodo que ponerle que el de “Manzanita de oro” por su bondad y sus chapetes.
Pronto quedó Miguel solo en su aposento y lo examinó con interés. Había ahí dos sillas, una mesa vulgar para escribir, una cama. un reclinatorio al pie de un pequeño crucifijo, un pcrcherito, una mesa de noche. un tripié con una palangana encima y su correspondiente toalla y jabonera. Sobre la mesa encontró una Biblia de San Ignacio de Loyola, por el padre Pedro de Rivadeneira, una imitación de Cristo, un ejercicio de perfección y virtudes cristianas de) padre Alonso Rodriguez y un ejemplar del Sumario de las Constituciones Espirituales de la Compañía. Pobre era todo aquello, pero a mayor pobreza iba dispuesto Miguel.
La casa del Llano, había heredado las virtudes de la comunidad de San Simón. hacienda situada a la orilla del Río Duero, en el punto en que este sale de la vega de Zamora hacia el Lago de Chapala. De ahi el noviciado se había trasladado al Llano. Ahí habían sido rectores y maestros de novicios los padres Morandi, Mendivil, Carrasco y Miguel González, notables todos en la provincia por sus virtudes. En el Llano lo fueron el Padre Miguel González a quien toco disolver la comunidad, el 15 de agosto de 1914. ante las avalanchas de las fuerzas Carrancistas. Eran entonces Provincial el padre Tomas Ipiña. cuya causa de beatificacion se haya introducida en Roma. Desde 1913, lo fue el padre Renaur Marcelo. General de la Compañía, era el padre Francisco Javier Wernz, a quien sucedió en 1914, el padre Wlodimiro Ledochowski. Las costumbres de la casa eran las mismas de la Provincia de Castilla.
En cuanto a la comunidad habia algo mas de una treintena de novicios escolares y un otro regular número de hermanos coadjutores y otro – de júniores. Anteriormente, los hermanos novicios escolares que al acabar su primer año de noviciado. se veían seguros en su vocacion. iban al noviciado de Loyola, en España, para terminarlo luego y hacer sus estudios de letras y filosofía. Como abundaran las vocaciones, pensó el padre lpiña en formar en México el Juniorado, para el cual se procuró construir un edificio a las orillas del Lago de Párzcuaro: y acomodar para filosofados la antigua casa de Tepozotlán. recientemente cedida por el Gobierno. El primer Junior, que quedó ya en el Llano, fue el hermano Francisco Javier Quintana, quien por unos meses, hizo vida común con los novicios, hasta que el número de júniores llegó a siete. En conjunto la comunidad contaba con unos ochenta y cuatro sujetos. La Provincia íntegra andaba por los trescientos.
El ambiente del noviciado, para nada cohibió al nuevo hermano Pro Juárez. Más aún, toda su vida y formación anterior, le daban cierta superioridad sobre algunos hermanos, novicios de menos edad y experiencia. Aleccionado en la oficina de su padre allá en Concepción del Oro, Saltillo y Zacatecas.
Por otra parte, ni la veintena de júniores ni la treintena de novicios, eran muchachitos a quienes les escurriera el agua del bautismo, como suele decirse. Había una media docena de hermanos más jóvenes; pero la mayor parte de los otros, habían entrado en la vida religiosa ya de barba y bigote. Había entre ellos unos cinco sacerdotes, un subdiácono, varios Tonsurados, un Vice-Rector del seminario de una diócesis, otro que para entrar había liquidado una buena tienda que había manejado, o uno más que había renunciado a un buen puesto en un banco, dos que habían dejado el oficio de ferrocarrileros, dos empleados de grandes casas de comercio en la Capital de la República, otro que en diversas andanzas por el país, había estado a punto de ser asesinado, otros habían cortado sus estudios de filosofía en varios seminarios para su ingreso, etc. Semejante clase de gente no era para infundir tristeza al hermano Pro. Y eran hombres de recia virtud, que solamente de vez en cuando excedían los límites de la prudencia, en ansias de cumplir exactamente la voluntad de Dios; pero a quienes el padre Santiago, mantenía dentro del justo medio. Por lo mismo fue muy notable la crisis durísima y única en su vida religiosa que experimentaron a los pocos días de haber dado comienzo su noviciado, ya en su postulantado, el hermano Pro, como entonces se llamaba la primera probación, se le asignó como ángel, para que lo instruyera en las costumbres de la casa, al H. Francisco de Sales Altamirano Y Bulnes.
Los hermanos de segundo año, tenían una distribución muy diferente a la de los primeros. En aquellos tiempos el primer año, se dedicaba íntegro a la formación espiritual mediante los varios ejercicios de devoción, que llenaban todo el día, sin ningún estudio, salvo el de las reglas, caligrafía y religión. El segundo año, por el contrario, el día íntegro se dedicaba a los estudios, comprendido el tiempo necesario para los ejercicios espirituales básicos, como eran la oración, la misa, exámenes de conciencia, lecturas espirituales y rosarios. Tenían estos hermanos su estudio en unos saloncitos. donde cada cual amontonaba en un pupitre sus libros. Ahí pasaban todo el dia el pupitre les servia de mesa escritorio y librero. Cada pupitre tenía fija al lado, mediante unas bisagras, una lámpara de petróleo, que era necesario desencajar, cargar, limpiar y aderezar cada dos días por lo menos. Sólo en la sala de pláticas y en los dormitorios, había lámparas de alcohol.
A esa luz de petróleo había que ver inclinados horas y horas sobre aquellos libros latinos y griegos autores castellanos, a los estudiantes de primer y segundo año.
Había cuatro horas de estudio y cuatro de clases diarias. Excepto los domingos.
El 12 de octuhre de 1912, a los cuatro años de ser maestro el padre Santiago, fue substituido por el padre Miguel González, que ya anteriomente había desempeñado ese cargo. Con muestras de mucha humildad se despidió el padre Santiago. El padre Miguel González dio un giro nuevo al noviciado prefería una sociedad estricta, el recogimiento profundo, la austeridad más bien que la expansion. Los hermanos lo llevaron todo con espiritu sobrenatural con sencillez y religiosa energia.También hubo cambio de Provincial.
El padre Ipiña partió para España en 1913 y en su lugar quedo el padre Marcelo Renaud Los júniores permanecieron un año exacto o sea, hasta el 15 de agosto de 1914 en que fue necesario disolver la comunidad a causa de las incursiones revolucionarios Carrancistas.
Desde el mes de mayo de 1912, el juniorado habia quedado dividido: Una parte paso a Tepozotlán, otra se fue quedando en el Llano en espera de que se terminara el edificio que se estaba construyendo junto a Pátzcuaro. a la orilla del Lago. Pero este, ni siquiera llegó a abrirse. Mientras, la vida del juniorado en aquella hacienda fue normal y por 10 mismo sin particular historia. Los sobresaltos comenzaron cuando se supo que la revolución Carrancista había tomado el tinte antirreligioso. Las primeras noticias llegaron al Llano por uno de los padres de la residencia de Durango. Esta ciudad cayó en manos de los revolucionarios en el mes de mayo de 1914. Inmediatamente se ordenó a los padres Jesuitas salir del estado en 24 horas. Uno de los desterrados fue el padre Benitez, que fue hasta el Llano. El padre maestro, concedió a los júniores una charla con dicho padre, La tuvieron junto a la acequia que cruzaba por mitad de la huerta y estaba bordeada de eucaliptos de la India.
A fines de mayo cayó también Saltillo en manos de los revolucionarios. Se apoderaron del colegio de San Juan Nepomuceno, el espectáculo era horrendo. Por todas partes hombres sin honor ni humanidad asesinaban, robaban, hacían estallar la dinamita. Muchachos de 15 a 18 anos se habian sumado chusmas y se batían con un heroísmo rayano en la inconciencia, o mejor aún, en la bestialidad. Tomados los edificios principales y desechas las fuerzas de la federación, los Carrancistas se derramaron por la ciudad en busca de los ricos y de los curas. Aprendieron a los padres Jesuitas Kubieza, Macias, José Méndez y León. Se apeló para forzarlos a completar la imposición de la suma exigida de dinero, a un simulacro de ejecución por la horca o el fusilamiento; y finalmente, puestos en un furgón de carga para animales los echaron fuera del país. salir en grupos de dos. tres y cuatro, con sus disfraces de seglares; y fueron a buscar refugio en las haciendas vecinas en donde esperarían órdenes de los superiores.
El grupo del H. Pro, formado por los Hermanos. Campos, Cavero y Ríos, fue destinado a la cercana ciudad de Zamora sitio lleno de peligros. Tras de una última visita él la capilla y al sagrario vacío, y el adiós a la Virgen de Guadalupc, salieron. La gente, al verlos pasar, se asomaban a las puertas de sus casas y llorando los despedían. Caminaron muy largo trecho a pie y llegaron por fin a Zamora, y fueron a hospedarse con la familia del hermano Ríos que ahí vivía. Con una última mirada a la casita limpia y a la huerta con sus eucaliptos y por fin al panorama de la hacienda que se alejaba, se cerró ese primer episodio de la vida religiosa del futuro Mártir de Cristo Rey. Uno de los compañeros del H. Pro, contaha más adelante que dicho H. Con su disfraz parecía ranchero en jueves santo.
La tormenta y el destierro.
Catorce días permaneció el grupo en Zamora. Del 16 al 20 de agosto de 1914 estuvo con relativa tranquilidad. Para oír misa iban a la iglesia del hospital de san Bernardo y ahí recibían la comunión. El resto del día llevaban una distribución parecida a la del noviciado. El día 20, el General Joaquín Amaro, se adueñó de la plaza y ordenó el cierre de todas las iglesias y la captura de los sacerdotes con el fin de sacarles dinero. Siguieron escenas horribles. Los sacerdotes que pudieron huyeron a los montes y el grupo se quedó sin misa del 20 al 25. El H. Pro se mostraba naturalmente valeroso. El 22 hubo una escena comprometedora. Al pasar frente al hospital México, los oficiales del General Amaro, comenzaron a gritarles: ¡Miren a esos curas! Unas viejecitas notaron el peligro y a toda prisa proporcionaron a los Hermanos un escondite. Pero al salir de éste, unos niños los conocieron y en voz alta comenzaron a gritarles: ¡Adiós Padrecitos! comprendieron los hermanos que era mejor no exhibirse. En eso el 24 se ofreció un acto de caridad, dos sacerdotes se habían escondido en el cerro de La Betilla; y el H. Pro y el H. Ríos fueron a llevarles alimentos.
Al regreso vieron venir a unos 50 revolucionarios. Se tendieron entre los surcos de un maizal para no ser descubiertos, donde estuvieron hasta la tarde; y Dios movió el corazón de un indiecito que los llevó a su choza y les dio un poco de alimento. En la casa del H. Ríos, permanecieron sólo hasta el 20, luego se refugiaron en otra parte y el 28, recibieron la orden de partir hacia Guadalajara. Dispusieron la marcha para esa misma noche. Todas las salidas de la ciudad, estaban ocupadas por los revolucionarios. El H. Pro, tomó la delantera, como vanguardia, para calcular las situaciones; Y comiendo naranja y haciéndole al ranchero, comunicó las posibilidades de salir a los otros. Siguió el H. Carrillo, luego otros dos. Había que salvar además al Padre Castillo, profesor en el Llano y refugiado también en Zamora. Para completarle el disfraz hubo que pedirle a un rancherito sus huaraches y el rancherito lo hizo con muy buena voluntad; y para animar al padrecito, le decía: “Póngaselos si todavía están calientítos” cruzaron los retenes, caminaron a pie y a obscuras hacía la hacienda de la Sauceda; y de ahí enviaron un recado a la casa del Llano. Acudió el Padre Maina con una cesta de víveres. Con él hicieron su confesión semanal y se dirigieron a Ixtlán, para tomar el tren en la estación de Negrete. Lograron atrapar una borriquilla vieja, en la que fueron montando por tumos. Al entrar en una de las poblaciones, los tomaron por Carrancistas; y el pueblo, que estaba enfiestado, comenzó a huir gritando: “Ya se vinieron!” el padre Pro, se moría de risa y alegraba a los demás. Iba con su sombrero de alta copa y anchas alas, al estilo ranchero; y en todo el viaje protagonizó a las mil maravillas el papel de criado, cargando las maletas y los enseres de sus catrincitos, durante todo el trayecto del ferrocarril, el H. Pro, con la sangre fría y naturalidad que le eran características hizo magníficamente ese papel. El día 2 de septiembre llegó el grupo a Guadalajara y fueron a desayunar a la casa de la Sra. Dolores Puga. La Sra. De Pro, fue a buscar al H. Miguel y lo llevó a su casa. Vivía ella en un infeliz cuartucho de una incómoda casa de vecindad en un arrabal, al extremo poniente de la calle Prisciliano Sánchez. Los muebles eran dos camas, unas pocas sillas y el hermoso cuadro del Sagrado Corazón, lavaba ropa ajena, para mantener a sus cuatro criaturas:
Tres varones y la pequeña Ana María.
La ciudad se encontraba en constante tumulto de revolucionaríos, que muy de ordinarios, junto con las armas y abundantísimo parque, llevaban la botella de alcohol, y el H. Pro de pronto se consiguió una guitarra y se dedicó a espantar las tristezas de los suyos. Se impusieron una forma de distribución para conservar el espíritu, y el H. Pro, las seguía fielmente. No pasó un solo día en que no se reunieran todos para algún acto espiritual, de ordinarios en la casa del H. José Martínez Aguirre, cuyo papá hacia mientras la guardia en las afueras del domicilio. Luego, se continuaba con una reunión familiar en la que el H. Pro, llevaba la voz de cantante con su guitarra o mandolina, improvisando chistes y escenas populares en las que hacia sucesivamente de padrecito, monja, ranchero, diputado, revolucionario con recursos incendiarios contra los curas.
En cuanto a la Sra. De Pro, todos los biógrafos están contestes en admirar “La excelsa sublimidad de sus virtudes, venerable por sus canas, sus méritos y sus aflicciones … Jamás exhaló una queja ni dio señal alguna de tristeza, que sin duda le desgarraba el corazón. Era la que había sido siempre: La madre cariñosa y jovial, que sólo piensa en guardar la pureza de sus hijos; la mujer fuerte que tiene puesta toda su confianza en la Providencia amorosísima de Dios, y recibe los acontecimientos como muestra de su bondad; la matrona mexicana que aún en medio de las más grandes calamidades y desgracias sabe conservar la paz de las heroínas de los primeros siglos”.
Mientras tanto, hasta Guadalajara seguían llegando noticias de la región de Zamora, en donde merodeaban desde principios de 1914 diversas partidas de bandoleros que poco a poco, se iban engrosando; ya en mayo habían paralizado la vida de las poblaciones circunvecinas, hasta el extremo de impedir la circulación de los trenes ordinarios en el ramal de Yurecuáro a los Reyes… A fines de julio, ocurrieron también grandes desórdenes en las calles de Zamora; el Jefe de la Guarnición General al verse aislado y en la imposibilidad de recibir refuerzos, quiso salvar la plaza saliendo con sus hombres y poniéndose de acuerdo con un cabecilla revolucionario. Entraron ambos en la Ciudad más a los pocos días pretendio el Carrancista imponer préstamos forzosos y a los acaudalados se opuso energicamcnte el antiguo Jefe de Armas pero el cabecilla le disparo unos cuantos tiros y lo dejo muerto en el acto.
Al saberlo los federales corrieron a las armas y atacaron furiosamente los cuarteles revolucionarios, desalojaron a sus hombres, y despues de sangriento tiroteo los hicieron huir rumbo a la Piedad ahí permanecio el cabecilla que recibió una herida en la refriega curándosela, hasta que incorporo a la, gruesa columna destacada desde Morclia por Gertrudis Sánchez. Venía al frente de las fuerzas el General Joaquín Amaro … Siguieron en Zamora ataques continuos a la propiedad privada, cateos, tormentos, sacrilegios, profanaciones y fusilamicntos como cosa ordinaria, No ,se contentó el jefe revolucionario con enviar a todos los pueblos y haciendas circunvecinas las hordas que sembraron luto y desolación; ahí mismo en la ciudad, él en persona, abofeteó delante de sus soldados a un anciano y pobrísimo sacerdote para demostrarle que, no se le secaba la mano con la sangre de un cura. A los acaudalados los mandaba a tormentos para que entregaran crecidas sumas de dinero, La situación de Zamora no era ciertamente una excepción; toda la República presentaba el mismo espectáculo… el día 20 de agosto dio el jefe un decreto ordenando que todos los sacerdotes se presentaran en el obispado, donde él mismo había establecido su residencia, amenazando con un cateo general para castigar a los desobedientes. Los sacerdotes no se presentaron sino unos cuantos, al cura del sagrario le dieron un tremendo culatazo en la cabeza y a unos 15 respetables eclesiásticos los traían por las calles de la ciudad haciendolimpieza pública.
El anciano achacoso Arzobispo de Durango, excelentísimo Sr. Mendoza. refugiado en la casa de un Dr. Japonés, no pudo eludir las pesquisas de los revolucionarios, y con gran aparato de fuerza, fue aprehendido y remitido a la ciudad de Morelia.
El aspecto que representaba la Ciudad de Guadalajara, era verdaderamente tremendo. Tomada por las fuerzas Carrancistas al mando de Obregón el 8 de julio sin necesidad de disparar un solo tiro, pues fueron las batallas de Orandain y el Castillo las que dieron a Obregón la posesión de la Ciudad inmediatamente comenzaron los atropellos y excesos más inauditos. El General Mier, Gobernador Militar, fue capturado y a unos cuantos kilómetros cuando una reducida escolta huía hacia la capital de la República. fue fusilado, su cadáver ultrajado por la soldadesca, Las casas particulares, colegios, jardines, seminarios y conventos y varias iglesias fueron invadidos por la desenfrenada turba revolucionaria, El General Obregón penetró en la catedral montado a caballo y dio alojamiento a sus tropas en ella, después de profanar las tumbas de los prelados y establecerse él mismo en el palacio arzobispal. Las soldaderas cocinaban por todos los rincones del vasto templo metropolitano. Los caballos de los sacrílegos se veían por las calles enjaezados con los ornamentos más valiosos. Jefes y oficiales se apoderaban de los automóviles, muebles y alhajas que les gustaban y las enviaban a sus familiares. al norte de la república. Los sacerdotes que quedaron fueron puestos en la penitenciaria. después de exigirles un préstamo forzoso de medio millón de pesos. Por las calles vagaban día y noche turbas de revolucionarios beodos escandalizando y atropellando a los transeúntes sólo con el fin de divertirse .. , Si a esto se añaden las continuas extorsiones, amenazas fusilamientos y molestias de todo genero de que eran victimas los tapatios a cada paso, sin mas motivos que no alabar los injustos excesos de los nuevos mandatarios se tendrá una idea, aunque incompleta, del ambiente de angustia y zozobra que flotaba en la ciudad. En la catedral y en los demás templos el supremo desorden: Altares profanados, ornamentos sagrados por el suelo, estatuas e imágenes de Santos atropelladas y rotas. Las soldaderas arrancaban del piso de la catedral que estaba entarimado parte del mismo para cocer los frijoles y hacían ropa blanca para su uso de las albas y manteles de los altares.
Los revolucionarios para celebrar el l6 de septiembre, ordenaron el cierre de todos los templos y multa de quinientos pesos a cualquier asistente a la santa misa los hermanos fueron a oírla a la iglesia de Santa Teresa en donde un valiente se arriesgo a celebrar. El H. Pro ayudó de sotana y roquete otra misa. El 27 ayudó a otra en la casa de una señora protestante, casa que fue asaltada por los revolucionarios; pero el pueblo se amotino y los asaltantes hubieron de huir. Eran como las diez de la mañana. Cuando se supo que estaba libre la vía para salir del país por Laredo, recibieron los hermanos refugiados en Guadalajara la orden de buscarse algunas limosnas y ponerse en camino hacia los Estados Unidos.
El día 30 hicieron una fiesta familiar de despedida; y el 2 de Octubre por ser el primer viernes, tuvieron ahí en la casa del H. Martínez Aguirre, una misa solemne con acompañamiento de piano, que era el instrumento que a la mano tenian. Renovaron su consagración al Sagrado Corazón de Jesús y el 3 a las 7 de la manana emprendieron el viaje. Ante el espectáculo de la ciudad oprimida por los revolucionarios, pensaba con dolor como lo dijo años después el H. Pro, una sola cosa: “Aquello era un espectaculo muy triste y lo único que me dolía era no ser aún sacerdote para tirarme a ayudar a los demás y consolarlos a todos”. La Sra. De Pro, fue hasta la estacion a despedirlo y le dijo: “Mira hijo. aunque me veas pidiendo limosna, tu sigue tu vocacion. Tu padre no sabemos si vive o muere, pero nos queda nuestro Padre Dios”.
El grupo del H. Pro. fue el primero en partir. Propiamente iban a la aventura hasta lograr salir del País. A cada hora podía sucederles lo imprevisto. Por todas partes merodeaban bandoleros que con frecuencia no podían dominar ni aún sus jefes sin revólver en mano. Los desterrados veían a cada paso pueblecitos arruinados, capillas reducidas a ceniza o paredones ahumados. Haciendas arrasadas, campos yermos, a cada paso se temía la volcadura del tren o el asalto de los forajidos o la vía hecha pedazos. Pasaron los del grupo la frontera sin especial dificultad, pues no se exigía entonces el papeleo que luego introdujeron las guerras. De Laredo, siguieron a San Antonio Texas, en donde los hospedaron con religiosa caridad los padres oblatos del Corazón de María. Prosiguieron a El Paso en donde los recibieron los padres Jesuitas de la provincia de Nueva Orleáns; y finalmente fueron a parar al pintoresco pueblecito de los Gatos en Alta California. Llegaron allá el 9 de octubre.
Era Rector de la casa el Padre Piet y con su caridad ayudaba a todos. Sin embargo, no había sitio para los que iban llegando. A los que ya eran Júniores se les colocó en el mismo edificio del Colegio Noviciado; pero a los novicios que luego llegaron con el padre Miguel González. hubo que alojarlos en unas casitas de madera a unos pasos del Noviciado. La primera impresión de los desterrados fue magnifica, frente al edificio estaba la estatua del Sagrado Corazón con los brazos abiertos para recibirlos. Edificio que se levantaba en una explanada abierta a media colina rodeado de jardines. El fondo del paisaje era un viñedo extenso en plena madurez, que cubría las laderas. Volviendo la vista sobre el camino por donde habían llegado, aparecía el inmenso valle de Santa Clara, lleno de pueblecillos, ciudades, huertas, viñas, almendros, manzanos y ciruelos. Limitaba el horizonte la línea verde obscura de lejanas montañas y la cañada abrupta del Río de los Gatos y de la Patria seguían llegando terribles noticias. Ahí supieron como a los padres Maina, Leturiondo y Geranio de Moral, que habían quedado en el Llano, los llevaron presos los Carrancistas de Zamora. Al padre de Moral lo sacaron de la cama en donde yacía enfcrmo y así lo llevaron a la prisión.
De Zamora los condujeron a Morelia, donde se les hizo un simulacro de fusilamiento, alegando que habían predicado y hecho versos contra la revolución. Quizás se refirieron a unos versos satíricos que el H. Prosa hizo a su propia barba después de que los Carrancistas lo colgaron y al fin lo dejaron libre. Estos padres gracias a buenas influencias, fueron simplemente desterrados. El grupo que salió de Guadalajara, después del que en iba el H. Pro, pudo verlos en Irapuato, cuando los llevaban presos allá les llegó la foto de los padres de Saltíllo al pie de la cual el H. Frías había puesto como leyenda “Es los son los que vinieron de la gran tribulación”.
Testimonio anecdótico. Mencionado por Emiliano Gómez Oceguera, desde la colonia Santa Fe D. F., recuerda con orgullo que el padre Reynoso fue otro de los que se quedaron después de haberse cerrado el noviciado, para que el Llano no se quedara sin servicios litúrgicos; fue un sacerdote con celo apostólico por auxiliar espiritualmcnte a la feligresía y también ayudarlos a cumplir con sus deberes y obligaciones familiares, como a no despilfarrar el salario en la arraigada afición o inclinación de algunos a jugar la baraja apostando el dinero que hace falta o que pertenece al sustento de la familia. Los corría con la cuarta de su caballo. Generalmente los aficionados a estos juegos de azahar. suceso inesperado o casualidad, siempre andaba a caballo y se informaba o personalmente buscaba donde se reunían las bolitas de los jugadores y los perseguía hasta ahí para desbaratarles sus reuniones de dichos juegos; los exhortaba a que se dedicaran al trabajo honesto y creativo y a que no malgastaran el dinero y el tiempo que tanta falla hace a la familia pura la comida, calzado, y vestido. Los jugadores se retiraban avergonzados respetando la actitud y el llamado del sacerdote ejemplar.
Después del padre Reynoso vinieron otros no menos trabajadores en la Viña del Señor. y así tenemos a los padres Porfirio Medina, Serafín, Francisco Esquivel y otros. sacerdotes valientes y pastores ejemplares, que vigilaban el rebaño y arrostraban y resistían todas las emboscadas del lobo. Se cuenta que el Padre Porfirio, fue invitado por el comisiarado ejidal a bendecir los potreros del Llano para que se extinguieran las plagas nocivas a la agricultura, y caminando a caballo con la comitiva de ejidatarios que lo acompañaban, vio a un campesino que escardaba la milpa y observó que la orejera del arado iba al reves o en la parte opuesta y así no le arrimaba suficiente tierra a la milpa y le dijo” Hijo dale la vuelta a la orejera porque la llevas al revés, por eso no le arrimas suficiente tierra a las plantas de maíz”; la colocó a la derecha y ya trabajó bien. Gracias padre le dijo el campesino, y se quedó pensativo, diciéndose para sus adentros “Estos padrecitos saben de todo, hasta dan lecciones de cómo trabajar la tierra”.
Anexo copia de carta del padre Maina .
Refiere Emiliano, que en la Curia Zamora, fijense en este detalle: el Cabildo estaba en sesión deliberando a qué sacerdote mandarían de Cura al conflictivo Ario de Santa Mónica. Sucede que en Ario, estaban o residían los traga curas conocidos de todos ustedes como son Ramón Ochoa, el de la Luz, Cuadra y otros, y se habían apoderado ya del templo de Ario y ahí organizaban hasta bailes, criticaban a los católicos, y Cuadra influenciado por los Cárdenas, Juan Gutiérrez y por algunos ricos de Zamora que lo apoyaban en todas sus fechorías en las que se excedía hasta llegar al asesinato y además decía: … ” No pierdo la esperanza de empedrar de cadáveres católicos desde el Llano hasta Zamora”. Recuérdese que para los no católicos el poblado de Ario se llamaba Ario de Rayón y para los católicos, Ario de Santa Mónica.
Así estaba la situación en la tenencia de Ario de Rayón y el pueblo vivía esta tensión y zozobra constante, y la Curia que cada mes hacía juntas con todos los sacerdotes Párrocos de la Diócesis todavía no encontraba a quien podrían designar de cura de cuerpos y almas de esta porción de la Grey Zamorana, castigada por una mínima parte o porción de hombres influenciados para hacer la vida pesada no sólo a Ario sino también a el área de pueblos católicos dependientes de la tenencia; en eso se presentó el Padre Ignacio González de Cotija Michoacán, y al enterarse de lo que se trataba le dijo a los superiores que ya no deliberaran más, que él aceptaba gustoso, si no había ningún inconveniente. Es interesante el nombramiento del Sr. Cura Ignacio González, el Padre Nachito de cariño a quien debemos ubicarlo en el tiempo histórico en el que le tocó actuar; histórico porque la historia abarca todo lo que ha ocurrido en un lapso de tiempo determinado, diferente de la tradición que es la trasmisión oral de hechos, doctrinas, etc. A través de las generaciones.
Casi todos los curas de la Parroquia de Ario gustaban de pasar el tiempo en el Llano por ser amoroso, respetuoso, obediente, y acogedor, y todos se encariñaban de la feligresía de el Llano aunque no fueran nombrados y así tenemos, a los sacerdotes que venían a celebrar misas al Llano desde el Seminario todos ellos, catedráticos, como el Padre Luis Caballero, el Padre Luis Méndez Codina, el Padre Rafael Dávalos Mora, el Padre Luis Medina los Hermanos Sahagún, los Hnos. Aviña el mismo Sr. Rector de el Seminario, el lustre Canónigo Don Ramiro Vargas Cacho, el padre Federico Salas, el Padre Pablo Escoto y el no menos querido entonces y fuera de serie el Padre Luis Mena Arroyo y ahora Obispo Auxiliar del Arquidiócesis de México.
Desde luego el centro de operaciones del Padre Ignacio González para la conquista pacifica de Ario fue desde el Llano. Y al igual que Julio Cesar en la conquista de las Galias, llegó, vio y venció.
Apóstol valiente, no le importaban las amenazas, las emboscadas de sus enemigos: burlaba las trampas que le tendían en el camino, para impedir su entrada a Ario. Lo espiaban, sabían sus guaridas; el Llano lo apoyaba, en Ario tenía de su parte a los católicos que eran la mayoría. Su vehículo era una bicicleta de velocidades que la hacia volar, su arma un rifle 22 que donde ponía el ojo ponía la bala. Tanto el padre Nacho como los católicos del Llano y de Ario sabían que eran la inmensa mayoría y ellos. los traga curas unos cuantos. Todos estaban concientes del triunfo y esos cuantos pronto se verían y caerían vencidos;’ pero el Padre Nacho quería la conquista por las buenas y no por la violencia, por convencimiento, por la razón, por la justicia, no por las balas y la violencia, y el tiempo que es el mejor consejero dio la razón a las mayorías y los que se sentían todopoderosos, los influenciados que eran contados, menguada su intluencia depusieron sus armas y sus personas en manos del Padre Nachito que P. D. Hasta un profesor de apellido Sotelo que dirigía la Escuela Federal Primaría y que hahia empezado a atacar y criticar al sacerdote, tenía tanta fe en el triunfo del proletariado, que sobre el techo de la escuela colocó una estatua con un cañón apuntando a la Parroquia: este hombre a la educación le dio un tinte político y no para el noble fin él que estaba destinada. y terminó también rectificando su conducta y sus errores y ofreciendo sus servicios al Sr. Cura Nachito.
El Llano y Ario, reconocen reverentemente la labor de el Padre Ignacio González y ante su tumba allá en Cotija, Michoacán, donde reposan sus restos mortales esperando la resurreccion, fueron los dos pueblos de Ario y del Llano a llevarle flores y con lágrimas enjugando sus ojos despidieron, ímplorantes su bendición al Padre Cura al Capellán al Padre Nachito Q. P. D.
Entrevista de Refugio Ríos con mi papá Jesús Solís Gómez en la fragua de la hacienda.
Yo tendría 11 anos, cuando en 1933 si mal no recuerdo llegó Refugio Rios a consultar a mi papá. Yo le ayudaba a mi papá en la fragua a manejar el fuelle que soplaba el bracero. Refugio quería saber qué día era oportuno entrevistar al Sr. Don Jorge Davalos. mi papa sabía que día y a que hora podría ser la cita.
Refugio le confiesa el plan a mi papá: “Mira Jesús, quiero que me digas me corrijas .Y rectifiques si está bien o no como le voy a hablar a Don Jorge: “Quiero plantearle el problema de que el salario que nos paga ya no nos alcanza para satisfacer nuestras necesidades, quiero que nos pague un peso por 8 horas de trabajo en lugar de las 12 horas.
Después de que vio mi papá la forma de como hablaría a Don Jorge mi papa le dijo que estaba bien y que no había nada que corregir.
Fue en Septiembre de 1933 la entrevista. Don Jorge, sobrino de la Sra. Maria Davalos de Ovando y ultimo administrador de la hacienda; y ademas era partidario de que todos se enlistaran en el censo que venia haciendo Refugio y a su modo, Refugio saludó a Don Jorge, y hablaron del asunto en el despacho de la hacienda.
“Señor. conociendo la trayectoria benevolente de Don Francisco su tío, hombre de buenos principios y de una religiosidad probada y además conociendo los buenos de usted, en lo personal vengo a manifestarle: “Qué el salario que ganarnos en la actualidad es insuficiente para el sostenimiento de nuestras familias”.
Don Jorge sabía que estaba cercano el advenimiento de la expropiación de las haciendas y logró de Refugio que el patrón les pagara un peso por 8 horas de trabajo.
Con este logro al grupo se unieron más jefes de familia a los ya enlistados, sin embargo. hubo algunos que criticaron esta actitud del grupo llamándolos atrevidos. Pero siguieron adelante, sabedores de que todo movimiento y en estas circunstancias aciagas y de cambios repentinos, los iniciadores no verían el triunfo tal vez, pero les cabía el gusto y el afán de haberlo principiado, el gusto de haber abierto el surco para que otros depositen el grano. Dificultades las hubo pero no cedieron en el afán sincero de proseguir adelante y el grupo fue creciendo y se unió al mismo la valiosa cooperación de la maestra Carmen Zavala y de su hija Elenita, que ayudaron y colaboraron con escritos al Departamento Agrario.
Se hace notar que Doña Carmen Zavala simpatizaba con el Sr. Jesús Solís Gómez y lo quería para secretario, pero mi papá le decía a la maestra, “Que estaba de acuerdo en todo el movimiento, pero que el quería sacarle la fragua a Don Jorge Dávalos porque sería útil y de vital importancia para la comunidad naciente” y así fue. Ya que logró todas las herramientas de la fragua enseguida se inscribió en las filas del agrarismo siendo un gran colaborador desde el yunque y el martillo, y no es que haya tenido temor a unirse desde el principio al movimiento, pues bien sabía que el mismo Don Jorge los incitaba a que se inscribieran para que el pueblo del Llano se quedara con todas las tierras de la hacienda cuando viniera el reparto de ellas. Pero a mi papá siempre le gustaba obrar sobre seguro.
En lo que sigue a continuación me basé en el manuscrito a máquina de Isaac Gallegos, que él mismo me obsequió.
En 1933, el patrón Don Jorge Dávalos mandó llamar a Refugio y benevolentemente le ofreció el mejor potrero para que lo sembrara, tal vez para que desistiera, opinan algunos, de seguir en sus gestiones, porque sabía que con esa dádiva se desvanecerían los animos de los demás asi opinaban algunos, pero Refugio aceptó la proposición y cuando sus compañeros creyeron que ya los había traicionado dicen que les dijo: “Les he oído murmurar, pero no pude menos y tuve que aceptar porque necesitamos de recursos económicos para ayudarnos en nuestras comisiones y trámites” fue una oferta desesperada la de Don Jorge porque con ella demostraba su derrota, presentía lo que iba a acontecer. Dice Refugio al grupo “Todos ustedes y yo no le ganamos un peso a nadie sólo el patrón nos da trabajo y ya no hay trabajo en otras partes, así que mañana los espero en la mañana dispuestos a meterse al agua temprano vamos a casanguear el potrero de la ¡Alberca! El que me regaló el patrón, lo vamos a usufructuar entre todos”. Todos le aplaudieron y todos estuvieron presentes a donde los había citado, tal vez fue una mañana de Octubre de 1933.
En 1934, ya siendo Presidente de la República el General Lázaro Cárdenas del Río y siendo nombrados Jefes del Departamento Agrario el Lic. Gabino Vázquez y el Lic. Gliserio Villafuerte. Refugio Ríos se adelanta con un escrito directamente al Departamento Agrario solicitando la expropiación de las tierras de la Hacienda del Llano para los habitantes de ella, por ser de las primeras demandas al departamento inmediatamente del Departamento mismo mandaron a un ingeniero a poner en Posesion de la tierra, pero nada más a 60 hombres que tenia Refugio organizados Y Refugio lo rechazó diciéndole: “Ingeniero dígale usted a los señores del Departamento Agrario que la hacienda de el Llano, tiene más de 300 hombres que le sirvieron al patrón y le trabajaron desde la salida del sol hasta la puesta, y que la dotacion debe ser para todos o para ninguno”.
En el mismo año de 1934, cierto día se presentó el Lic. Villafuerte en el Llano, tratando de convencer a Refugio y no lo consiguió: ” Oye Refugio, le dijo Villafuerte. si no tiene tu censo más de 60 hombres ¿Cómo quieres que todos los guardias blancas. (o sea los adictos al patrón) tengan derecho a tierra si te están demostrando que son fieles al patrón y la tierra no les interesa”? “No le hace licenciado; mira Refugio .. no te intereses por gente dormida y a renglón seguido le contesta Refugio: “Licenciado ¿y que le parece, si cuando despierten ya estén con su parcela?” “No pierda usted el tiempo, yo en nombre de mis hombres le digo que sólo aceptaré a un Ingeniero que traiga la orden expresa del Departamento Agrario de expropiar todo el terreno del hacendado y para todos sus moradores. (Parece que la asamblea fue debajo del eucalipto frondoso de Don Isidro Núñez).
Transcurrieron algunos meses … y.
La Comunidad Agraria del Llano se inició el día 17 de mayo de 1935, cuando se presentó a Refugio Ríos un Ingeniero de apellido Manjares con la orden del Departamento Agrario de poner a disposición de Refugio toda la propiedad de los terrenos de la hacienda del Llano, dejándole solamente unas hectáreas como pequeña propiedad al patrón y fue entonces cuando se levantó el acta de posesión que existe en el archivo del comisariado ejidal.
Esta fecha debe grabarse con letras de oro macizo, pero en la mente de todos los habitantes del Llano. de todos sus hijos y de los hijos de sus hijos. No para borrar un pasado que sigue apasionándonos, sino para inaugurar una nueva era, fruto de los hombres (casi dos millones aproximadamente) que cayeron en los campos de batalla derramando su sangre que empapó a la patria en la gesta de la Revolución Mexicana, que estalló el 20 de noviembre de 1910 al grito de redención y de la frase que inmortalizo Apóstol iniciador de ese movimiento, Don Francisco I. Madero: ” Sufragio Efectivo y no Reelección” y a luchar por el reparto de las tierras y por la justicia social.
Comunidad Agraria De El Llano, Michoacan.
Antes de continuar. es necesario tener una noción del problema Agrario. y no la indaguemos en demagogias y exaltaciones de líderes políticos. y para tener un concepto claro del problema y no quedarnos confusos en tema de tanta trascendencia, busquemos la verdadera definición en Sociología. El problema Agrario es uno de tantos problemas sociales de México y es el Padre Rodrígo Sánchez, Prelado del Episcopado Mexicano. Doctor en Sociología Maestro de Ciencias Sociales en el Seminario Diocesano de Zamora, Michoacán siendo Vice-Rector en el mismo Plantel y mi maestro durante mi estancia en dicho Seminario. viene a ser, el exponente de primera fila en la materia y quizá de los Catedráticos mejor documentados en el problema Agrario.
Así que nos guiaremos llevados de la mano de tan capaz y talentoso maestro confiados en que no nos extraviaremos en este campo tan dificil.
Extracto sus conceptos para exponerlos a mis queridos paisanos del Llano.
Alimentémonos pues con la sabia de tan preclaro talento; además el que escucha aprende, el que estudia sabe, porque debemos nutrirnos de quien sabemos que sabe y yo se que el sabe mucho. Recordemos que la ciencia salva y salva la patria.
Copiarémos lo más importante, ya que son las enseñanzas que él mismo extrae de los conceptos de la doctrina social católica, se inspira en la Rerum Novarum de León XIIT, en las direcciones Pontificias y en la Teología moral y oigamos, los fundamentos en los que se basa para desarrollar el tema que nos ocupa: “Siempre ha de quedar intacto e inviolable el derecho de poseer privadamente y transmitir los bienes por medio de la herencia, es derecho que la autoridad pública no puede abolir”.
“La autoridad pública. guiada siempre por la Ley natural y divina e inspirándose en las verdaderas necesidades del Bien Común, puede determinar más cuidadosamente lo que cree es lícito o ilícito a los poseedores en el uso de sus bienes”.
“Es preferible la Propiedad Privada, a la Propiedad Común”. El derecho de propiedad y de dominio procedente de la naturaleza misma, debe mantenerse intacto e inviolable”.
En el pueblo deben ser muchísimos los propietarios; de ahí que la Iglesia desea que los latifundios sean reducidos.
“Agotados todos los medios, exigiéndolo la utilidad pública, previa indemnización, se pueden expropiar los latifundios para ser fraccionados por el Estado en la medida que el Bien Común lo exija”, (Sagrada Teología Moral).
Asentados estos principios fundamentales pasemos a definir el problema agrario.
¿Qué es?- El problema agrario “Consiste en buscar la manera de implantarun régimen de propiedad y de explotación de la tierra, que satisfaga él las justas aspiraciones de las diversas clases sociales que viven de ella; que establezca la paz entre dichas clases. y que traiga la abundancia de producción agrícola sin agotar y empobrecer la tierra”.
Es uno de los problemas sociales de mayor trascendencia.
Porque la historia enseña que no hay paz duradera, sin una justa distribución de la tierra. Cuando esta ha sido acaparada por unos cuantos, la gran masa del pueblo al menor movimiento político, manifiesta su descontento y si puede se lanza a la lucha y a la violencia.
Donde la tierra esta bien repartida, la paz es firme.
En todos los países la agricultura es la fuente más importante de riqueza pública. Los recursos naturales renovables son la riqueza de un pueblo, porque todos los hombres tienen que alímentarse con los productos de la tierra.
El país que no tiene agricultura suficientemente desarrollada corre el peligro de perecer de hambre sobre todo en tiempos de guerra.
El trabajo agrícola es favorable a la salud física y moral del pueblo.
Los Estados Unidos después de la guerra mundial, antes de avocarse a la industrialización, produjeron granos para la autosuficiencia alimentaria.
Para México el problema es vital, además recordemos que no hay Industria que no se alimente del campo.
La cuestión agraria es un problema difícil. “Es una de las cuestiones mas difíciles que se haya presentado al ingenio humano”. “José Vasconcelos”. En su lectura del 1 de junio de 1949-P.138. Haremos una breve reseña histórica del problema agrario.
Por principio la historia nos ha demostrado que en México, la propiedad privada. o la propiedad en general ha tendido siempre ha concentrarse en pocas manos, trayendo la miseria al campesino.
Dividiremos esta parte en cuatro párrafos.
1“. La propiedad de la tierra entre los indígenas precortesianos,
2“. En la época colonial.
3“. En el México independiente. hasta 1910.
4“. De 1910 hasta nuestros días.
En la época precortesiana, antes que Cristobal Colón descubriera América, había tres
clases de propiedad:
La ley del Rey.
La de los Sacerdotes.
La demás gente, servía en las tierras que se reservaban al Rey, o en la de los Nobles y en la de los Sacerdotes y de los Guerreros.
En general la gente del pueblo no tenía tierras suficientes y era explotada por las clases dominantes. Esto trajo como consecuencia que hubiera poca oposición a los conquistadores.